Monterrey.- ”Como todo mexicano a última hora, todavía me faltan los útiles", dijo en tono resignado Marisela García, una madre de familia quien como muchos otros acudió este fin de semana a comercios en el centro de Monterrey para abastecer la lista escolar en las llamadas “compras de pánico”.
En la fila para pagar, y con uniformes en mano, Marisela no supo precisar cuanto tiempo llevaba haciendo las compras, expresando alivio porque finalmente pudo llegar a la caja para pagar.
Esto debido a que tuvo que cruzar la tienda que lucía tan abarrotada que incluso la fila salía del establecimiento ubicado en Madero y Pino Suárez, rodeando la manzana por la calle Ignacio López Rayón.
Al final de la fila se encontraba Rafael Alejandro, quien llegó cerca de la una y media de la tarde para comprar el uniforme de su hijo. Tras consultar con las otras personas formadas, Rafael estimó que con suerte para las cuatro y media de la tarde podría concluir las compras.
“Me recomendaron esta tienda, algunas tres horas (me tomará salir de aquí)” dijo Rafael Alejandro.
Otros compradores contaron que les tomó desde media hasta una hora poder ingresar al establecimiento para ser atendidas; ante esta situación el encargo de una tienda de uniformes escolares en el centro de Monterrey cerca del Arco de la Independencia, dijo que los empleados acuerdo a trabajar conscientes de que se trataría un largo turno.
"No tenemos horario de cierre hasta que la última persona sea atendida completamente ya cerramos", dijo Alejandro Castro, encargado de la tienda.
En otro establecimiento, enfocada a la venta de útiles escolares que se ubica en la calle Ignacio Zaragoza y Santiago Tapia, también en el centro de Monterrey, la postal de la larga fila se repetía, pero las personas no solo esperaban de pie en la banqueta sino también en sus coches formando un alargado estacionamiento en el carril derecho de circulación.
Las madres y padres de familia buscaban adquirir artículos como libretas, lápices, plumas, estilógrafos, papel albanene entre otros productos haciendo no una, sino dos filas: la primera para pedir los artículos en mostrador y la segunda para pagar.
Mari Cortés, madre de dos hijos, contó que esperó hasta el último fin de semana de vacaciones para hacer las compras pensando que habría menos gente.
"Hay mucha gente, esperamos como una hora, en mi caso (vine hasta ahora) para que no hubiera mucha gente, pero la aglomeración es mucha" dijo.
En algunos pasillos del establecimiento ya no se podían pasar, ya que los mismos compradores los bloqueaban.
Comerciantes y empleados esperan que se sigan presentando un número elevado de personas para hacer compras de última hora de cara al inicio del Ciclo Escolar 2023 - 2024 de la mejor manera.