Monterrey.- A 50 años de su fallecimiento, Eugenio Garza Sada continúa siendo referente y orgullo de la clase empresarial de Nuevo León. Nació en Monterrey, Nuevo León, el 11 de enero de 1892.
Fue hijo del empresario Isaac Garza, fundador de Cervecería Cuauhtémoc, y de Consuelo Sada Muguerza. A los nueve años fue enviado a estudiar en el Colegio San Juan Nepomuceno, a cargo de jesuitas, en Saltillo, Coahuila, y posteriormente regresó a Monterrey para continuar sus estudios básicos en el Colegio Hidalgo.
Cuando comenzaron las movilizaciones por la Revolución mexicana, la familia Garza Sada decidió emigrar a Estados Unidos, donde había más estabilidad. En aquel país, ingresó a la Western Academy, escuela militar ubicada en el estado de Illinois, donde cursó su educación media superior.
Posteriormente, el joven Eugenio se graduó de Ingeniería Civil en el prestigioso Instituto Tecnológico de Massachusetts. Su formación humanista y católica, aunada a la disciplina militar, fueron las bases para sentar ese compromiso con su comunidad, generando una labor filantrópica, de acuerdo al académico y periodista, Jorge del Bosque.
“Lo que se decía de él en el Tecnológico de Monterrey, y cuando llegaba a las empresas igual, es que al intendente más modesto, llegaba y lo saludaba por su nombre y le preguntaba por su familia.
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“Era un hombre que estaba absolutamente enfocado y eso se debe mucho a la educación esencial, a la educación básica que recibió”, resaltó el entrevistado.
Eugenio Garza Sada comenzó su carrera como auxiliar en el Departamento de Estadística de Cervecería Cuauhtémoc, pues su padre deseaba foguearlo desde abajo, y llegó a convertirse en el presidente de la Sociedad de cartera que administraba el conglomerado de empresas relacionadas con la cervecería.
En 1921 contrajo matrimonio con Consuelo Lagüera Zambrano, hija del vicecónsul español en Monterrey, José Pío Lagüera. La pareja tuvo ocho hijos: Eugenio, Alejandro, Alicia, Gabriel, David, Marcelo, Consuelo y Manuel Garza Lagüera.
Una de sus labores más reconocidas fueron los recursos que destinó para crear una red de seguridad social y vivienda para los trabajadores de la Cervecería Cuauhtémoc y de las empresas afiliadas.
Garza Sada estaba convencido de que el buen funcionamiento de cualquier empresa estaba basado en la seguridad de la familia y en la armonía laboral.
En este sentido, se convirtió en pionero al ofrecer servicios de vivienda, despensa, salud, educación y deporte, en las empresas bajo su dirección, antes que el Instituto Mexicano de Seguro Social y el Instituto del Fondo Nacional de la Vivienda para los Trabajadores (Infonavit).
“Don Eugenio supo asimilar muy bien todo eso, ya en su etapa de madurez como empresario, hizo mucho énfasis en ese tipo de cosas. “Por ejemplo, las cuestiones de seguridad, en el trabajo, las cuestiones de vivienda en las que, pues se habla con mucho orgullo en los grupos industriales”, precisó Del Bosque.
En 1943, el empresario regiomontano concretó la fundación del Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey, trayendo desde el extranjero a los mejores docentes para impartir clases y que los padres de familia no tuvieran que enviar a sus hijos fuera del país para estudiar.
A Eugenio Garza Sada lo recuerdan como un hombre de carácter reservado, de pocas palabras, austero y sencillo.