'Cerros sufren estrés hídrico': ambientalista Antonio Hernández

A través de un recorrido con el dron de ABC Noticias, por los cerros regios, se apreció que lucen una postal de sequía, causada por las altas temperaturas y la falta de precipitaciones.

Cerro 'La Silla'.Créditos: Eber Rodríguez / ABC Noticias
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Monterrey. - El paisaje urbano rodeado de montañas y cerros es lo primero que se ve al llegar a la ciudad de Monterrey. No por nada, recibe el nombre de “La ciudad de las montañas”, sin embargo, el color verde que antes las caracterizaba, hoy luce un tono café y amarillo.

A través de un recorrido con el dron de ABC Noticias, por los cerros que enmarcan la metrópoli regia, se apreció que el de la Loma Larga, La Silla y El Obispado, lucen una postal de sequía, causada por las altas temperaturas y la falta de precipitaciones.

Para el ambientalista Antonio Hernández, este cambio de coloración en las montañas, se debe a un estrés hídrico que atraviesan los ecosistemas, causado por la ausencia de precipitaciones.

“No hay humedad suficiente para sus procesos fisiológicos y esto lo entendemos debido a que las precipitaciones o lluvias no han sido suficientes en los ocho meses que van del 2023, esta situación afecta la disponibilidad de agua para los ecosistemas vegetales que visualmente lo apreciamos con un verde muy opaco o tonos amarillos y cafés, que son indicadores de estrés hídrico”, dijo.

Preciso que esta condición de vegetación seca es una de las condiciones que favorece la propagación de incendios, ya sea por causas naturales o provocados.

Otro factor que propicia estas condiciones es la construcción de edificaciones alrededor de los ecosistemas, ya que el calor producido por el concreto altera su ciclo, de acuerdo al Ingeniero Forestal Nahum Sánchez.

“Las superficies de concreto y asfalto, ocasionan también o maximizan estos cambios, vemos las plazas, los parques, que se está secando la vegetación, pero es también porque la superficie de la ciudad no les permite un buen desarrollo a las plantas por el intenso calor que hay", aseguró.    

Finalmente, los expertos indicaron que las autoridades no le apuestan lo suficiente a la conservación de las áreas naturales y la imprudencia humana, sumada con las altas temperaturas y los últimos 3 años de sequía, incrementan el riesgo que dentro de 20 o 30 años no tengamos bosques de pino o coníferas en el estado.