Monterrey.- En el año 2006, el asesinato de Marcelo Garza y Garza, director de la Agencia Estatal de Investigaciones (AEI), consternó a los ciudadanos de Nuevo León.
En una época en la que el estado aún no enfrentaba la etapa más difícil de violencia por el crimen organizado, la ejecución del jefe policiaco fue un hecho que marcó a la entidad.
A 17 años del crimen, recordamos que el caso nunca concluyó, así como los señalamientos hacia los autores materiales e intelectuales quedaron en indicios e impunidad.
La noche del 5 de septiembre del 2006, Garza y Garza caminaba por Plaza Fátima en San Pedro, ahí lo esperaban su esposa Alejandra Cantú y sus hijas para acudir juntos a una exposición.
Mientras se dirigía hacia el recinto cultural sampetrino, recibió disparos por la espalda en varias ocasiones.
Las detenciones que realizó Marcelo Garza
En su administración como titular de la AEI se logró la captura de José Luis Carrizales Coronado, “El Tubi”, uno de los integrantes más violentos del Cártel de Sinaloa, también la de Francisco Carlos “El Capi” Esquivel y a 18 presuntos narcotraficantes más, en un restaurante de Garza Sada y Lázaro Cárdenas.
Después de que detuvieran a “El Tubi” en el 2005, amenazaron de muerte a Marcelo, y cuando sucede el hecho violento en contra del titular de la Agencia Estatal de Investigaciones, surgieron varias teorías sobre el móvil de la ejecución.
Detienen a 2 por muerte de Marcelo Garza
Dos semanas después del crimen, policías de Guadalupe detuvieron a Miguel Ángel Román Ruiz, alias “El Mico”, y a Pedro Alonso Medrano Alférez, “El Cobra” o “Marimar”, ex policías de San Pedro y presuntos narcotraficantes del Cártel de Sinaloa, quienes estaban ligados a ejecuciones, entre ellas la de Marcelo.
Luego de 42 días fueron liberados por falta de pruebas para consignarlos. En el 2007, un año después del crimen, el entonces gobernador del Estado, González Parás nombró subprocurador del Ministerio Público a Alejandro Garza y Garza, hermano de Marcelo para que encabezara la investigación.
El 24 de marzo del 2009, el Ejército detuvo a Héctor Huerta Ríos, alias "La Burra", en un lote de autos del Centrito, quien era el principal operador de los Beltrán Leyva en el Estado y presuntamente también había amenazado al titular de la AEI.
Este último sospechoso fue asesinado en Zapopan en 2019 y no se le imputó el crimen de Marcelo.