Cadereyta.- Tubos con más de 40 años de antigüedad, maquinaria en mal estado, instalaciones sin mantenimiento e infraestructura con desperfectos son algunas de las problemáticas que tiene la refinería de Pemex ubicada en Cadereyta.
Trabajadores que solicitaron el anonimato revelaron para ABC Noticias que el mal estado de algunas de las áreas pone en riesgo a la planta y a ellos mismos durante los procesos. Alertó que de no poner atención a esta situación podría ocurrir una tragedia ante la negligencia de las autoridades.
“Hasta que no pase una tragedia es cuando van a empezar a hacer los cambios y las mejoras a la refinería”, dijo.
Explicaron que, pese a que por parte de la Federación se reciben recursos millonarios para modernizar las instalaciones, estos no se ven reflejados.
“Hay grúas que están en pésimas condiciones, hay muchas que ya ni sirven, a veces los trabajos no se hacen porque los vehículos están en muy mal estado. La refinería tiene más de 40 años, hay tubos que mantienen esa edad y nunca los han cambiado”, aseguraron los inconformes.
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Localizada a 36 kilómetros del centro de Monterrey, esta procesadora de petróleo ha sido señalada por activistas, políticos y ciudadanos como una de las principales fuentes de contaminación en la entidad.
Fue inaugurada el 18 de marzo de 1979 y entre 1998 y 2003 se reconfiguró, desde entonces no ha recibido ningún proceso de modernización, pese a que en las visitas del presidente Andrés Manuel López Obrador asegura inversiones a la planta de hidrocarburos.
“Él (AMLO) llega a la refinería y empieza a ver todas las plantas y todo lo que se necesita en la refinería, entonces mandan la inversión, pero nosotros la seguimos viendo igual, no meten al Presidente donde debería de ser, sólo le enseñan lo bonito”, dijo uno de los trabajadores.
Actualmente, en una superficie de 767 hectáreas, la refinería tiene 39 plantas, nueve calderas, dos turbogeneradores, dos desmineralizadoras y nueve torres de enfriamiento.
Su producción es de gasolina, turbosina, kerosina, gas LP, gas propano, gas licuado y diésel, entre otros.
El secretario de Medio Ambiente del Gobierno estatal, Alfonso Martínez Muñoz, ha buscado reuniones con los directivos de la refinería, como el gerente Martín Rodríguez Aboites, pero sus peticiones han sido rechazadas e incluso los ha dejado plantados en los citatorios.
“Cuando quieren ir a hablar con alguna autoridad de la refinería nadie sale, no entiendo si es un miedo, tengan indicaciones de arriba que no salgan, las autoridades no quieren dar la cara, eso está muy extraño y deberían de poner mucho ojo en donde se va toda esta inversión”, explicó uno de los empleados.