Monterrey.- La crisis hídrica en Nuevo León podría intensificarse en los siguientes meses y años, de acuerdo a proyecciones científicas que indican que cada vez lloverá menos.
Dentro de seis años, en 2031, lloverá de 30 a 45 por ciento por debajo del 2021, año en que se realizó el análisis que, a inicio de este 2024, continúa vigente y validado por la comunidad científica y organismos gubernamentales.
“Recientemente, Ceballos-Tavares y Ortega-Gaucini en 2021 publicaron un estudio sobre la frecuencia de sequías en la región.
“Para periodos de retorno relativamente bajos, entre cinco y 10 años, se puede presentar un déficit de precipitación de entre 30 y 45 por ciento”, explicó Aldo Ramírez Orozco, director del Centro del Agua del Tecnológico de Monterrey.
La lectura del experto hídrico pertenece a su ensayo “Contexto climático y su relación con la crisis hídrica” que Agua y Drenaje de Monterrey publicó a finales del año pasado en su libro documental “Enfrentando el reto del Agua en Nuevo León”.
Es decir, de 497 milímetros de lluvia captados en 2021, dentro de seis años el 2031 podría concluir con una captación de 223. Si a esta proyección se le añade lo registrado en 2022 y 2023, el resultado es ya un declive: 400 y 456 milímetros respectivamente.
Aunado a la proyección de lluvias están las proyecciones de temperaturas; en el primer escenario, de acuerdo al Instituto Nacional de Ecología y Cambio Climático (INECC) de aquí al año 2040, la temperatura podría incrementar de 1.2 a 1.4 grados centígrados.
Y en el más pesimista de los escenarios, de los muy futuros años 2081 a 2100, en Nuevo León la temperatura podría incrementar de 1.6 hasta 5.1 grados centígrados.
“Los fenómenos extremos asociados al clima, entre ellos la sequía, revelan la vulnerabilidad de todos los sistemas, pero particularmente de los hídricos.
“En general, ya se pueden observar tendencias de incrementos en las temperaturas máximas y mínimas, y de disminución de precipitación anual”, explicó el experto hídrico en su ensayo.
De acuerdo a un análisis de datos realizado por el equipo de ABC Noticias, el año que recién terminó fue el más caliente en la historia de Nuevo León al cerrar con una temperatura promedio anual de 23.7 grados centígrados.
Este dato supera por siete décimas la anterior lectura más alta que fue en 2016 y 2017, y queda lejos de las lecturas por debajo de los 22 grados centígrados que mayoritariamente ocurrieron en la década pasada.
De acuerdo al registro histórico, la última vez que la temperatura media promedio anual en Nuevo León estuvo en 19 grados fue en 1993, desde ese año en particular se observa un incremento en el resultado de la lectura de cada año.
El año pasado, es decir, en 2023, se registraron valores de hasta 45 grados centígrados en el ejido La Pomona, en el municipio de Linares, donde se encuentra la presa Cerro Prieto.
Entre junio y agosto, la Secretaría de Salud de Nuevo León reportó la muerte de un centenar de personas, cuya causa se asocia al calor extremo que en esos días se registró.