Monterrey.- Ser candidata a la alcaldía de Zuazua fue casi un golpe de suerte para Elva Deyanira Martínez Garza.
Si bien se había preparado ya en diferentes cargos políticos, todavía no tenía planes de postularse. Los reacomodos por la paridad de género la beneficiaron y quedó a la cabeza de la planilla de Morena en la que participaba como primera regidora.
Deya Martínez estaba por seguir la tradición familiar de trabajar en el Ayuntamiento, pues tanto su padre como su abuelo ocuparon la presidencia municipal de Zuazua.
Así empezó una historia que se concretó el pasado 2 de junio, cuando obtuvo el triunfo en las urnas con 36.61 por ciento de los votos y se convirtió en una de las diez alcaldesas electas de la entidad, y a sus 26 años, una de las más jóvenes del país.
Deya sabe reírse de sí misma, y no teme a hablar de sus preocupaciones. “A esta edad no hay mucho de qué arrepentirse, ¿no?”, reflexiona.
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Es alegre, despreocupada, de risa fácil, sensible, acostumbrada ya a la vida al exterior de la zona metropolitana de Monterrey, apegada al círculo familiar y aficionada a la fotografía instantánea.
Considera que su peor defecto “es sobrepensar”. Su gusto culposo es ver reels de Instagram. De tanto hablar, puede cambiar el orden de los dichos, “como el Chapulín Colorado” y es abiertamente swiftie.
Si pudiera elegir un súper poder, sería leer la mente. “Y también teletransportarme, para evitarme el tráfico, para llegar temprano a las entrevistas”, dice riendo en la redacción de ABC Noticias.
La alcaldesa de Zuazua, primera de Morena en la historia del municipio, también ha tenido momentos difíciles.
“La partida de mi abuelo Jorge fue un parteaguas. Yo tenía 15 años, justo entraba a prepa y creo que marcó un antes y un después, fue muy cercano a mí y a toda la familia. Se me pone la piel chinita. En parte es quien me inspira a estar aquí. Me enseñó lo rápido que pueden cambiar las cosas, no tenemos nada seguro, a partir de ahí valoro mucho más a quienes me rodean”, explica.
Jorge Luis Martínez Martínez, político y abuelo paterno de Deya, perdió la vida de manera violenta, al ser asesinado en el 2013 por un grupo de al menos 12 personas. Luego de varios años, sus plagiarios y asesinos recibieron una condena de 40 años de prisión por secuestro agravado. Acerca del futuro, la joven política es muy optimista.
“En quince años sé que voy a estar en un muy buen lugar, me veo disfrutando logros, viendo la cosecha de todo lo que sembré desde que estoy en esto, con mucha tranquilidad, con mis amistades, trabajando, con mucha paz en mi corazón. En mis descansos me gusta ver series. Mis amigos dirían que soy amorosa, cariñosa, muy expresiva.
“Fui una niña que estuvo en todo, en basquet, voley, natación, clases de guitarra y teclado, gimnasia, inglés. Hay cosas que no he explorado. Siempre he tenido ganas de aprender. Mi mamá se encargó de cuidarnos y acompañarnos en mi crecimiento y el de mis tres hermanas. Yo soy el queso del sándwich, soy la segunda (hija)”, detalla Martínez.
Hablar de las necesidades y el inicio de la transición con la administración saliente, vuelve a hacer que cambie de posición en la silla. De acuerdo con la información oficial, para el año 2020 Zuazua llegó a los 102 mil 149 habitantes, lo que representó un aumento del 85 por ciento en comparación con los registros del 2010.
Sin embargo, a decir de la población y de la propia alcaldesa electa, la recepción de recursos no ha sido acorde con el tamaño de la comunidad.
“Zuazua está en un punto muy crítico, no somos una ciudad cien por ciento metropolitana, pero tampoco es un pueblo. Mis cálculos es que tenemos ya 140 mil personas. Más que una obra, el reto es traer los servicios básicos a la población porque actualmente no existen. Zuazua es un dormitorio.
Hay crisis de empleos, movilidad, salud, problemas sociales, educación, no hay una sola preparatoria, recolección de residuos de manera sostenible, por eso es el eje más importante, hacer una planificación urbana muy equilibrada.
“Si podemos cubrir esas necesidades, entonces sí podemos pensar en grandes obras en coordinación con Gobierno Estatal y Federal. Un hospital es un sueño. Mi juventud me da la capacidad de ver que, si no resolvemos ahora los problemas, quienes vamos a cargar con ellos somos nosotros”, sostiene.
Deya Martínez ya arrancó su trienio y lo hizo denunciando falta de información. Ahora se encuentra a la expectativa de las sorpresas que le haya dejado su antecesora, pero con mucha fe en salir adelante.