Monterrey.- La ciudad de Monterrey es conocido como “La Ciudad de las Montañas”, por todos sus cerros y lomas que rodean el área metropolitana, pero hay uno especial que ha sido objeto de mitos y leyendas, ganándose la fama internacionalmente: se trata de “El Cerro del Topo Chico”.
Ubicado al Norte de la ciudad, abarca los municipios de Escobedo, San Nicolás y Monterrey, hay quienes dicen que se trata de un volcán dormido o un punto frecuente de avistamientos OVNI, pero hay pocos que conocen una historia que puede resultar fascinante: que ahí se curó la hija del emperador Moctezuma IIhuicamina.
Cuenta la leyenda que, en el año de 1440, la princesa azteca contrajo una extraña y grave enfermedad, de la cual ninguno de los remedios de los curanderos del imperio mexica había encontrado una cura.
Tras varios días de angustia, un sacerdote le recomendó al rey visitar un manantial termal localizado en un terreno lejano al norte de Tenochtitlán, el cual contenía poderosos atributos curativos.
Acto seguido, ordenó emprender una expedición para qué llevarán a su hija con la esperanza de que pudiera ser curada.
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El viaje fue largo y peligroso, pero después de algunos días de búsqueda llegaron a un valle rodeado de montañas. Ahí visualizaron la que reunía las características de poseer aguas ardientes de manantial, las cuales le dieron de beber a la princesa, además de varios baños en el ojo del agua.
Tras varios días de consumir el agua, el estado de salud de la hija del jerarca azteca, comenzó a mejorar de manera notable hasta que se curó por completo.
Desde entonces se ha transmitido por generaciones la idea de que es un volcán dormido por sus aguas minerales y termales, además de sus cavernas y su aspecto en forma de domo que puede observarse desde algunos ángulos de la ciudad.
Se estima que “El Cerro del Topo Chico”, se formó en la era Mesozoica y en su interior se han encontrado fósiles de gran importancia para la paleontología mexicana, sobre todo de animales marinos.
El 24 de noviembre del 2000, fue declarado por la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (SEMARNAT), como área natural protegida
Por más de 100 años, el agua que emana de las entrañas del Cerro del Topo Chico ha sido la imagen de una bebida que refresca la garganta de la comunidad regia, llevando en ella la historia geológica de millones de años de la región y leyendas milenarias de la comunidad norteña.