Monterrey.- El Parque La Alameda, conocido por ser un espacio recreativo y de convivencia familiar, también se ha convertido en escenario de situaciones que generan incomodidad y temor para las mujeres que transitan por ahí.
En un reciente sondeo realizado por ABC Noticias, mujeres que frecuentan el parque La Alameda y otros puntos del centro de Monterrey han denunciado ser víctimas de acoso mientras transitan por estas áreas.
Incluso algunas mujeres tienen que llevar con ellas un gas lacrimógeno o chicharra eléctrica para defenderse en caso de que la situación escale a un nivel preocupante.
“Por eso traigo esto (la chicharra) porque si se me quedan viendo y pues si es incómodo, aquí en La Alameda siento que los hombres son muy morbosos en el sentido de ver a una mujer, y no solamente conmigo, yo lo he visto con otras personas”, mencionó Ximena García.
Otra joven comentó que esto se debe a que en el parque La Alameda hay muchas personas en condición de calle, además de que algunos están alcoholizados o incluso intoxicados.
Te podría interesar
“Hay muchas personas intoxicadas, y es lo que causa miedo, porque incluso los vagabundos pasan drogados y van tirando golpes, también en el centro hay unos hombres borrachos y empiezan a chiflarle a las mujeres”, aseguró Alexandra de León.
Una mujer que trabaja en un local del parque aseguró que desde que era menor de edad unos hombres la acosaban, y ahora que ya tiene su mayoría de edad la situación cambió cuando su padre tuvo que hablar con los hombres.
“Lo que pasa es que yo trabajo aquí y a lo mejor pensaban que era mayor de edad, ahorita ya tengo mi mayoría de edad, pero desde antes me llegaban a molestar diciéndome cosas y yo me sentía incómoda, de hecho, mi papá vino a hablar con esas personas”, expresó Lizbeth Antonio.
Otra mujer dijo que una persona en condición de calle abusó de ella haciéndole contacto físico en sus partes íntimas mientras esperaba el transporte.
También una joven dijo que una vez esperando a su amiga en una de las bancas de La Alameda, un hombre se sentó a lado de ella y le ofreció sexo.
“Estaba esperando una compañera de la escuela y se me acercó un señor que no sé quién era y me dijo que, si me quería acostar con él, me dio miedo, me paré y me fui, le dije a mi compañera que la esperaba en la escuela mejor”, mencionó Fany Santiago.
Estas experiencias recurrentes han llevado a que muchas mujeres limiten el uso de espacios públicos o adopten medidas como caminar acompañadas, usar audífonos para evitar comentarios, o incluso cargar gas lacrimógeno.
Aún con la presencia de elementos de la Policía de Monterrey en el sitio, quienes recorren el interior del parque a bordo de vehículos especializados, esto no impide que las mujeres sigan sufriendo acoso, ya sean mujeres originarias de Monterrey, foráneas y migrantes.