Monterrey.- Seguramente alguna vez has escuchado hablar a tus abuelos, padres, o adultos mayores de las cabañuelas, pero no se trata de un paraje montañoso o un hotel en medio del bosque, sino de un método tradicional de observación para realizar predicciones meteorológicas.
De acuerdo con el físico Gerardo Herrera Corral, su origen proviene de la antigua Babilonia y en México fue a través de los mayas y aztecas que se adoptaron estos conocimientos, que nos indican el clima que tendremos a largo del año, evaluando los primeros 12 días de enero.
"Mañana es primero de enero y mañana comienzan las cabañuelas, que es un método tradicional de predicción y pronóstico meteorológico, siendo una estimación de lo que ocurrirá en todos los meses del año", indicó.
A la par, destaca que su nombre también se deriva de la tradición judía de "la fiesta de los tabernáculos" que también puede ser la fiesta de las cabañas y recuerda las vicisitudes del pueblo elegido por Dios, en su andar por el desierto, en un periodo en el que acostumbraban vivir en cabañas.
"La palabra proviene de una tradición judía en la que el pueblo rememora la fiesta de los tabernáculos y las vicisitudes que tuvo que pasar el pueblo elegido por Dios, durante su andar en el desierto y en el cual acostumbraban a dormir en cabañas y tenían fiestas en las cuales había rituales que podían predecir la meteorología de los días por venir", detalló.
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Es decir, el 1 de enero nos indicará el tiempo de enero, el 2 de enero el de febrero, el 3 de enero el de marzo y así consecutivamente hasta llegar al 12 de enero que marcará diciembre.
Si bien este método no tiene base científica, ha sido utilizado de generación en generación cada que comienza un año, lo que ha permitido al hombre cazar, pescar y realizar actividades de siembra, ya que permite predecir los meses de lluvia o sequía.
Además, también ha sido utilizado en otros ámbitos, como el transporte, para definir las mejores rutas para transitar, o para saber cómo vestirse y a dónde viajar.
Es así como algunas personas recurren a la observación de la forma de las nubes, la dirección del viento, características del sol y de la luna, las estrellas, la niebla, el roció de la mañana, el arcoíris o el granizo, entre otros, que puedan ayudar a predecir el tiempo climático.
Sin embargo, hay quienes recurren a observar el comportamiento de los animales, ya que para ellos también es determinante, como por ejemplo, que un gallo cante de día, que puede representar un cambio en el tiempo y en otros casos, el comportamiento de las personas también puede significar un posible cambio en el tiempo.