Monterrey.- El Parque Libertad, ubicado en la colonia Valle Morelos de Monterrey, en lo que fue el penal del Topo Chico, se convirtió en hogar de personas en situación de calle.
Entre latas, bolsas de basura, trapos viejos y colchones destrozados viven un joven y una pareja con su mascota en las celdas del antiguo Centro de Prevención y Reinserción Social del Topo Chico, el cual fue cerrado el primero de octubre de 2019.
Durante la administración del entonces gobernador Jaime Rodríguez Calderón se decidió convertir el penal en lo que ahora es el Parque Libertad, que ahora luce invadido y al tener libre acceso, también recorrido por personas que entran a curiosear y en algunos casos a consumir drogas.
"Próximamente, será un espacio de recreación y deporte para todos los nuevoleoneses... Este proyecto es muy valioso, porque nos muestra que todos merecemos una segunda oportunidad y podemos cambiar; después de la oscuridad, siempre viene la luz”, publicó Rodríguez Calderón.
En un recorrido de ABC Noticias, se pudo constatar que las instalaciones están completamente descuidadas y es evidente el consumo de estupefacientes al interior del memorial.
Las condiciones deplorables debido a la falta de mantenimiento son evidentes: las luminarias están destrozadas, las áreas verdes con hierba seca y crecida, además de basura en los pasillos y estructuras vandalizadas con graffiti.
Osvaldo Pérez, vecino de la colonia Valle Morelos, dijo estar preocupado porque la falta de seguridad y la presencia de vandalismo en el Parque Libertad puede derivar en asaltos o actos de violencia para los jóvenes y niños que acuden a este lugar.
“Está en malas condiciones para los muchachos, para los niños, y las personas que pasan por aquí pueden sufrir un asalto, porque aquí vienen muchos vándalos, está todo rayado y necesitamos seguridad”, señaló Pérez.
Por su parte, Oscar Meléndez, otro vecino de la zona, pidió a las autoridades ponerle atención a la zona porque se está convirtiendo en un centro de consumo de estupefacientes.
“Ahorita está realmente abandonado, nada más fue al principio como que le pusieron atención y al último le dejaron, pues prácticamente morir el parque.
“Hay gente que vive en condiciones de calle y se quedan ahí dentro, se meten muchos pues no nada más a checar las instalaciones, pero también lo mal intencionan y lo usan para hacer el mal, muchos vienen a hacer maldades, a rayar, muchas cosas, hasta drogarse”, comentó Meléndez.
Los residentes señalaron que el área como plaza pública es muy importante para la comunidad, especialmente, en términos de salud pública y bienestar social, por lo que no están de acuerdo con la edificación del centro médico.
También señalaron que son numerosas las personas que ingresan al edificio, pues no cuenta con ninguna restricción, y hacen expediciones al interior de las celdas por curiosidad sin considerar la posibilidad de algún accidente por el mal estado de la estructura que tiene casi 80 años de inaugurada.