Monterrey.- Nuevo León mantiene el cuarto lugar nacional en accidentes laborales, y de acuerdo al Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) y la Secretaría del Trabajo federal, hasta el tercer trimestre de 2023 se registraron 290 mil casos de riesgo en trabajo a nivel nacional, de los cuales 20 mil fueron en nuestro estado.
Esa cifra local se desglosa en más de 14 mil casos de accidentes en los lugares de trabajo, más de 4 mil percances en trayectos y más de mil situaciones de enfermedad. Entre todos estos incidentes se registraron 15 defunciones.
En términos generales, Nuevo León es únicamente superado por el Estado de México, Jalisco y la Ciudad de México en ese orden. De acuerdo con especialistas, las repercusiones de los afectados no son solamente físicas sino también emocionales.
Estos registros de riesgos laborales son una constante a nivel local y federal, pues datos de 2022 también colocaron a Nuevo León en cuarto puesto nacional con 36 mil 610 casos.
Este 28 de abril se celebra el Día Mundial de la Seguridad y Salud en el Trabajo, establecido así para fomentar la concientización de trabajar en un entorno sin riesgo como un derecho fundamental para los empleados.
Entre los ejemplos locales de accidentes mortales en este año, está el caso de un joven de 19 años que murió por quedar prensado en una máquina mientras trabajaba en una sucursal de la Carnicería Ramos el 25 de febrero, al sur del municipio de Monterrey.
Otro ocurrió el 1 de marzo donde dos empleados perdieron la vida en una fábrica en Guadalupe, al quedar atrapados en una máquina procesadora de cartón mientras maniobraban con ella.
Cuatro días después, ocurrió la muerte de un trabajador que cayó 30 metros tras una falla de un equipo de andamios, esto mientras trabajaba en la obra de un complejo departamental ubicado en el cruce de Melchor Ocampo y Pino Suárez, en Monterrey.
Iraís Ortiz, consultora safety test en Midot México, empresa dedicada a desarrollar soluciones para la inseguridad laboral, resaltó la necesidad en las empresas de crear herramientas preventivas en las áreas de trabajo, traducida a integrar protocolos contra riesgos, y sobre todo enterar al departamento de seguridad en cada cambio operativo.
“(Hay que) Incluir al responsable de seguridad en todo cambio, movimiento o transformación que tenga tu planta o tu lugar de trabajo, porque en muchas ocasiones, el responsable de seguridad se entera que hubo un cambio de máquina al final o cuando ya hubo un evento”, dijo.
Además del daño físico en los accidentes, que puede desencadenar en muertes, Ortiz mencionó que la persona afectada sufre de un costo social en donde ya no podrá ver de la misma forma su entorno laboral ni familiar.
“Ahora ya la interacción con el lugar de trabajo ya es con miedo, ya no me quiero enfrentar a la misma máquina ni a las mismas personas porque me trae recuerdos importantes, ese costo social es el que no tiene vuelta”, explicó.
“Un accidente termina en gastos operativos porque muchas veces se tiene que parar la producción, la organización se enfrenta a multas, inspecciones”, añadió.
La consultora de la multinacional también resaltó con base a un ejercicio estadístico que las mujeres mexicanas trabajando en la industria representan un menor riesgo de sufrir accidentes.
Un análisis sobre más de 18 mil evaluaciones sobre la propensión de conductas inseguras en el trabajo arrojó que las mujeres muestran más compromiso para evitar situaciones de riesgo, mayor conciencia de seguridad en sus espacios de trabajo y los de otros, y documentan con más frecuencia experiencias de riesgos vividos en el pasado.
De esta manera, considera que las empresas deben aprovechar las características de dichos perfiles y desarrollar acciones que contribuyan a la prevención de accidentes.