Monterrey.- Tener una mascota exótica y sin regulación, como el mono araña, puede pasar de una experiencia divertida a ser motivo de cárcel, de acuerdo con el biólogo Roberto Chavarría.
Luego de que se difundieran imágenes de este primate vagando cerca de los carriles de la Ecovía al poniente de Monterrey, el especialista explicó que se trata de un ejemplar joven perteneciente a una especie en peligro de extinción, por lo que su tráfico y posesión se encuentran penados por las leyes mexicanas.
“Es una especie protegida, en grave riesgo de desaparecer, nativa del sur de México y que es muy traficada. Muchas personas queremos un changuito. Es muy difícil el mantenimiento, porque es como un niño, es muy caro tener un primate.
“Se los traen de forma ilegal, hay traileros que se los traen escondidos en el camarote, muy bebés, los venden aquí por 30 mil pesos en el mercado negro. Quienes tienen cierto poder adquisitivo los mantienen en sus casas. El que se ve en el video es un ejemplar joven, que se salió a dar la vuelta y probablemente se perdió. La sola posesión del animal es delito, no nada más comercializarlo o transportarlo”, detalló.
La Ley General de Vida Silvestre, estipula en el artículo 127 que la sanción económica puede ser de 17 mil 924 y 6 millones 721 mil 500 pesos.
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Tráfico, captura, posesión, transporte, acopio, introducción o extracción de fauna o flora, ya sean terrestres o acuáticas en veda, endémicas, amenazadas, en peligro de extinción o con protección especial regulada por tratados internacionales de los que México sea parte, constituyen delitos inscritos en el artículo 420 del Código Penal, por lo que los involucrados en estas actividades también pueden pasar entre uno y nueve años tras las rejas.
Aunque a nivel nacional es común incurrir en acciones irregulares, como la tenencia de loros mexicanos, Chavarría lamentó que no se apliquen las leyes para proteger a las especies en riesgo con las regulaciones correspondientes, al tiempo que se prohíbe la instalación de unidades de manejo ambiental para su conservación, como sí ocurrió en años anteriores con cocodrilos y ajolotes, por ejemplo.
Adicionalmente señaló que la cercanía genética entre seres humanos y primates es un factor de riesgo para la transmisión de enfermedades por ambas partes, por lo que desalentó la compra de ejemplares exóticos ilegales, o nativos de México.
“Desafortunadamente la Profepa en Nuevo León, el organismo que podría imponer el castigo, cuenta con cinco inspectores para todos los ámbitos, como tala, tráfico de especies, revisión de emisiones de la industria, todo lo que involucra el medio ambiente. Se vuelve muy complicado hacer la chamba de andar buscando, y generalmente es bajo denuncia. No tienen la capacidad ni técnica ni económica para llevar a cabo las inspecciones.
“Hay ranchos o unidades de manejo ambiental en las cuales se reproducen los animales. Cuando se regula se generan granjas especiales para reproducir los animales y que se vendan de manera legal. Esto puede ayudar a la conservación, como no tenemos idea. Se les genera un hábitat, se fomenta la producción de estos animalitos para domesticación, o con fines comerciales, como los cocodrilos (en la industria textil). Así existe un comercio legal, y lo que prohíbes crea un mercado negro”, puntualizó.
Además del Código Penal, los animales exóticos en nuestro país se encuentran protegidos legalmente por la Norma Oficial Mexicana NOM-059 de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat), y por la Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres (CITES).