Monterrey.- Cuando Alejandra MacGregor tenía 23 años se dio cuenta de que no podía escribir correctamente, al punto de que su firma no se entendía. Se sentía mareada, con un brazo dormido y hasta le daban convulsiones.
A la entonces estudiante de Odontología le tocó una extensa jornada de estudios médicos tras estudios médicos, así como decenas de visitas con distintos especialistas, que no daban con un diagnóstico certero.
“Así estuve con un doctor, otro doctor, otro doctor. Finalmente, desperté un día y no sentía la mitad de mi cuerpo. Del cuello para abajo, del lado izquierdo, no tenía nada de sensibilidad ni nada de movimiento”, recordó la mujer de 49 años en entrevista para ABC Noticias.
Fue una resonancia magnética lo que, por último, dio en el blanco: “esclerosis múltiple”, se leía en el sobre que le entregaron a Alejandra.
“Me acuerdo que me preguntó el médico ‘¿tú quieres tener hijos?’, y me solté a llorar horriblemente. Me acuerdo que se me nubló la vista. Estaba muy desorientada”, agregó.
El médico también le explicó que se trata de una enfermedad autoinmune que no tiene cura, la cual afecta al cerebro y a la médula espinal, pues se producen daños en las vainas de mielina que cubren a los nervios.
Ante tan desalentador panorama de salud, hoy en día, Alejandra se considera victoriosa, pues ha logrado ver crecer a sus hijos.
“He hecho mucha conciencia de las cosas chiquitas, de decir ‘qué padre que puedo’. Se disfruta diferente un abrazo. “De repente subo las escaleras y digo ‘estoy cansadísima, pero pude’. Empiezas a ver todo con unos lentes diferentes”, relató la madre de familia.
¿Qué es la esclerosis múltiple?
La esclerosis múltiple se trata de una enfermedad autoinmune que no tiene cura, la cual afecta al cerebro y a la médula espinal, pues se producen daños en las vainas de mielina que cubren a los nervios.
Los efectos con frecuencia varían en los pacientes. Algunas personas tienen síntomas leves y no necesitan tratamiento. Otras tienen dificultad para moverse y hacer las tareas diarias.