Monterrey.- Las lluvias torrenciales que dejó la tormenta tropical ‘Alberto’ cambiaron por completo el rostro a los paisajes del estado de Nuevo León, que hace apenas unas semanas lucían muy afectados por una sequías de dos años continuos.
En páginas de Facebook de grupos locales se puede apreciar este cambio de imagen en los parajes del estado, pues los usuarios subieron fotografías y videos de distintos lugares naturales que renacieron tras las lluvias del fenómeno meteorológico procedente del Golfo de México.
Una de las imágenes más recurrentes, fue la del río Santa Catarina, tanto a su paso por el centro de Monterrey, como desde su salida del Cañón de La Huasteca, en el municipio de Santa Catarina, donde se mostraron impresionantes imágenes del caudal embravecido.
Los usuarios de la mencionada página de Facebook también subieron imágenes de un embravecido río Pilón, a su paso por el municipio naranjero de Montemorelos.
Así mismo, se subieron fotografías del parque La Turbina, en el municipio de Sabinas Hidalgo, mostrando un lleno total.
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Las mejores imágenes fueron las del río Mojarras, ubicado en el municipio de Cerralvo, pues mostraban un agradable color esmeralda.
Presas
También fueron frecuentes las imágenes de la presa de La Boca a su lleno total, contrastando con una vista radicalmente opuesta a inicios de esta semana, cuando ya se veían muchas partes secas.
Cascadas
Durante los primeros días de lluvias se mostró una enfurecida Cola de Caballo, cuyo caudal aumentó mucho más allá de lo normal, tanto que las mismas escalinatas del parque parecían parte de la misma cascada. Ya cuando amainaron las precipitaciones se pudo observar una cascada completamente blanca, que hacía contraste con el verdor de la Sierra de Santiago.
Otras cascadas menos famosas, pero igual de hermosas, son las de El Salto, en la parte alta de Santiago, así como la que se encuentra justo en la orilla de la carretera Montemorelos-Rayones, en plena Sierra Madre Oriental.
Las recurridas Cascadas de Guadalupe, ubicadas en el Cerro de la Silla, volvieron a llenar de alegría a los guadalupenses, mientras que la cascada de Santa Ana, ubicada en la porción de la Sierra de la Silla, hizo lo propio con los juarenses.
Incluso en municipios tan áridos, como García, se apreció la formación de una alta cascada en la zona del Cañón de Nacataz, justo a un lado de la ferrovía a México.