Monterrey.- En Nuevo León la presencia de las comunidades indígenas crece cada día, pues de acuerdo al último Censo de Población y Vivienda del INEGI del 2020, en el estado había 77 mil 945 personas que hablan alguna lengua indígena, casi duplicando la cifra del 2010, donde se registraron 40 mil 528.
El Instituto Nacional de Pueblos Indígenas reportó que en Nuevo León habitan miembros de al menos 56 diferentes grupos étnicos, principalmente en los municipios de Juárez, Escobedo, Pesquería, García y Santa Catarina.
Mientras que, los grupos de personas indígenas con mayor presencia en el estado son: Nahuas, Teenek (huastecos), Otomíes, Mixtecos y Zapotecos, predominando el habla de la lengua náhuatl con un 57.7 por ciento), seguida por el huasteco con un 21.21 por ciento, luego el zapoteco con un 2.77 por ciento y el otomí con un 2.76 por ciento.
Isabel Muñoz, presidenta de Zihuakali, Casa de Mujeres Indígenas, explicó para ABC Noticias, de la criminalización de la que son víctimas al verlas comerciando con artesanías o semillas en compañía de sus hijos.
“Aquí en Nuevo León hay una campaña permanente de criminalización hacia las comunidades indígenas, porque al Regio no le gusta que se vea gente pobre en sus calles y se les son retiradas sus criaturas por el hecho de estar maternando ahí, de estar sus criaturas con ellos acompañándolas en esos procesos y no solo es eso, se están levantando denuncias en la unidad especializada de trata”, indicó.
Asimismo, detalló que esta situación vulnera sus derechos y en la mayoría de los casos son regresadas a su comunidad de origen y de forma errónea las autoridades señalan cómo logró que fueron apoyadas para volver a sus pueblos, ocasionando que sean víctimas de violencia comunitaria.
“La propia Fiscalía de Nuevo León nos ha dicho que sus logros son regresarlas a su lugar de origen y ese no es ningún logro, el regresar a sus orígenes ocasiona que sean segregadas en su comunidad, pero esto no es ninguna historia de éxito, son mujeres marginadas, porque regresan solas y fracasadas”, explicó.
Situación que las orilla, en algunos casos, a tener que esconder sus orígenes y tradiciones por temor a ser señaladas, juzgadas y sufrir de discriminación.
“Yo por eso ya no quiero que dance mi hija nuestro baile tradicional y es el mismo motivo por el cual le digo que ya no hable la lengua y si alguien va alguna colonia y pregunta ¿hablas alguna lengua?, les dicen no, ¿eres de alguna comunidad?, no, aunque lo sean”, señaló Elvira Maya, fundadora de Zihuakali.
Finalmente, indicaron que esta divergencia de criterios, es la que lleva al ocultamiento de los indígenas en Nuevo León, además de la falta de políticas públicas adecuadas que contribuyan a la igualdad, la inclusión y ejercicio de sus derechos.