Monterrey.- Después de un viaje de 4,700 kilómetros recorridos en bicicleta desde la ciudad de Victoria, Canadá hasta Monterrey, Álvaro Varela culminó este domingo su travesía llamada “La Ruta del Fénix”, una experiencia que emprendió con el propósito de superar su depresión.
El ciclista llegó a Monterrey a las 16:00 horas, completando el último tramo desde Bustamante acompañado de un grupo de amigos y seguidores que se sumaron en los últimos kilómetros.
En entrevista con ABC Noticias, el regiomontano explicó que esta travesía nació como una forma de reconstruirse emocionalmente, tras atravesar un periodo difícil que lo llevó a tocar fondo.
“Fue una experiencia increíble de superación, llena de obstáculos que me enseñaron a valorar lo más básico: tener comida, un techo, un lugar donde dormir”, relató, destacando que el viaje le permitió reconectar con lo esencial de la vida.
Durante su recorrido, enfrentó diversas dificultades mecánicas y físicas. Contó que tuvo que reemplazar en dos ocasiones el rin trasero de su bicicleta, además de cambiar rayos, llantas y cables, ya que transportaba cerca de 50 kilos de carga.
Varela compartió que la mayor parte del viaje lo realizó solo, como un ejercicio de introspección personal. Comentó que, aunque coincidió con algunos ciclistas, eligió mantenerse en soledad para enfocarse en su proceso emocional.
“Estos viajes son hacia el interior, para enfrentarse a uno mismo, y aunque la mayor parte del viaje lo hice solo, tengo que confesar que las últimas dos semanas ya no podía con la soledad, o sea, ya la soledad me estaba haciendo mucho daño en el tema de los pensamientos, el análisis, los nervios, el miedo de llegar, comenzar una vida nueva, mil cosas”, expresó.
El ciclista también narró que su travesía comenzó tras ser diagnosticado con depresión severa. “Recibí una noticia que no pude procesar y eso me llevó a un desbalance químico. Terminé huyendo sin entender qué pasaba conmigo”, recordó.
Varela narró que fue en Canadá donde comprendió su condición y decidió iniciar este viaje como parte de su recuperación. Con el apoyo de su familia, de un psiquiatra y un psicólogo, transformó ese dolor en un proceso de autodescubrimiento.
Al final, Varela envió un mensaje de esperanza a quienes atraviesan situaciones similares: “Todo se puede lograr. No importa qué tan profundo parezca el pozo ni lo que la gente diga. Mientras estés convencido, puedes salir adelante. La convicción, más que la motivación, es lo que te lleva a renacer”.
Álvaro declaró que “La Ruta del Fénix” no solo simbolizó el fin de un recorrido físico, sino el esfuerzo de pedalear contra la depresión para recuperar su vida.
