Monterrey.- Tras la evidencia publicada por ABC Noticias sobre la venta abierta de pirotecnia en el centro de Monterrey, los comerciantes del primer cuadro simplemente cambiaron de estrategia.
¿Cómo es ahora la venta ilegal?
Ahora ofrecen el producto sin exhibirlo, vendedores ambulantes concretan la transacción en la calle y, sólo después del pago, acuden a bodegas cercanas para entregar la mercancía en plena vía pública.
Un modus operandi improvisado que, lejos de frenar la actividad, confirma que los vendedores han logrado madrugar a las autoridades municipales.
Este giro en la operación comenzó apenas horas después de que el alcalde Adrián de la Garza, tras ser cuestionado por ABC Noticias sobre la venta de pirotecnia en el centro, anunciara el pasado miércoles que se implementarían operativos contra quienes comercializan explosivos.
Sin embargo, en las calles la realidad ha sido otra: ni presencia policial, ni inspecciones, ni decomisos. Sólo vendedores más cautos, pero igual de activos.
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Este fin de semana, ABC Noticias recorrió de nueva cuenta la zona de Colegio Civil, donde días antes había documentado la oferta y almacenamiento ilegal de pirotecnia entre las calles 5 de Mayo y 15 de Mayo, constatando que ahí permanecen las cajas escondidas, las bodegas discretas y los mismos comercios que, pese a la prohibición, siguen moviendo desde cebollitas hasta cohetes de alto poder.
El pasado 3 de diciembre, ABC Noticias cuestionó directamente al alcalde y al comisario general de Seguridad, Eduardo Sánchez Quiroz, sobre la ausencia de operativos.
El alcalde remitió las dudas al comisario, mientras que Sánchez Quiroz aseguró que se comunicaría de inmediato con Comercio para “comenzar a operar por la tarde”.
Incluso declaró: “Me estoy enterando de lo que estás diciendo; ahorita me pongo de acuerdo con Comercio y yo creo ahorita en la tarde comenzamos a operar”.
Cuatro días después, nada había ocurrido. El resultado es evidente: los locatarios continuaron vendiendo, pero ahora con un sistema más hermético que evita mostrar mercancía y reduce riesgos de ser detectados.
El cliente paga en la banqueta; el vendedor se pierde entre pasillos y regresa minutos después con las bolsas de pirotecnia recién sacadas de la bodega.
Mientras municipios como Apodaca, García, San Pedro, Escobedo, Guadalupe, Juárez, San Nicolás, Santa Catarina y Santiago habilitaron líneas de denuncia y realizaron decomisos, algunos superiores a las tres toneladas, Monterrey no ha informado aún sobre un mecanismo similar para reportar puntos de venta clandestinos.
Con la temporada en pleno auge y sin operativos a la vista, el contraste entre lo que se promete desde el escritorio y lo que ocurre en las calles del centro se vuelve cada vez más evidente: las autoridades anuncian, y los vendedores se adelantan.