Monterrey.- Su trabajo consta en ofrecer bebidas para mitigar el calor, pero para venderlas, por ello, Guadalupe Lechuga tiene que soportar las temperaturas de más de 40 grados en el exterior.
Este vendedor se instala en uno de los cruces de la avenida Juárez en el centro de Monterrey para ofrecer aguas frescas desde las 11:00 de la mañana hasta las 7:00 de la noche, y esta semana, admitió que sus jornadas han sido más duras por la ola de calor.
“Está muy caluroso aquí, está muy feo”, dijo el hombre mientras cuidaba su carrito.
“¿Qué es lo que tiene que hacer para soportar el calor?”, se le preguntó.
“Pues aquí tomando un vaso de agua helada con hielo”, respondió.
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En un día normal, Guadalupe debe preparar las bebidas, el hielo y tener listos los vasos de fruta que también forman parte de su mercancía.
En su experiencia de 35 años como vendedor, mencionó que el calor extremo es uno de los mayores retos de su trabajo, junto con los días de lluvia o de frío intenso, que es cuando cambia la dinámica y se pone a vender hot dogs.
En los días de entre semana no llegan tantos clientes como en viernes, sábado o domingo, pero él debe salir todos los días a realizar su labor para obtener ingresos, estén como estén las condiciones del clima.
Prepara quesadillas en el exterior con el calorón
Con 40 grados centígrados y el bochorno del mediodía, es como Aglaé Anahí trabaja vendiendo quesadillas en la calle Garibaldi, en el centro de Monterrey.
Aún y con la ola de calor, regiomontanos como Aglaé deben trabajar en el exterior y soportar estas condiciones climáticas para generar ingresos.
Para ella, que tiene dos años trabajando en este negocio, el calor es uno de los aspectos más difíciles de su trabajo, pero es algo a lo que ya está acostumbrada.
“¿Consideras que el calor es lo más difícil de hacer en tu trabajo?”, se le preguntó.
“Pues es que uno se acostumbraba ya al trabajo”, contestó.
“Pues tienes que ganarte el pan, como quién dice”, se le replanteó.
“Sí, tenemos que trabajar y pues aquí tenemos que estar”, reafirmó.
Para su fortuna, el punto donde preparan las quesadillas está instalado en la sombra, pero eso no evita que se establezca el entorno del calor extremo.
Con ropa ligera y un mandil, Aglaé y sus compañeras sacan adelante las ventas de 8:00 de la mañana a 8:00 de la noche, y el esfuerzo de esta semana tendrá que ser al doble, pues no solo deben soportar lo caliente del clima, sino también de la plancha donde cocinan este platillo tradicional mexicano.
“Ya como a partir de las 11 de la mañana es cuando se empieza a pegar aquí toda la luz y se siente bien feo el bochorno y todo”, respondió.