Monterrey.- Desde el año 2018 hasta la fecha, en Nuevo León se han registrado al menos 148 personas trans desaparecidas, de acuerdo con datos oficiales de la Comisión Nacional de Búsqueda.
Esta cifra, que refleja una grave situación de violencia y omisión, ha encendido las alertas entre colectivos LGBTIQ+ y activistas, quienes exigen al Estado respuestas urgentes con enfoque de género e interseccionalidad.
En lo que va del 2025, tres personas trans han sido reportadas como desaparecidas: una mujer trans y un hombre trans en el municipio de San Nicolás, y un hombre trans en Monterrey.
Así lo dio a conocer Juan Carlos Lozada, integrante del colectivo Contingentes contra las Desapariciones, quien señaló que estas cifras deben dejar de ser vistas como simples registros estadísticos y comenzar a abordarse como emergencias sociales que requieren acciones diferenciadas y sensibles por parte del Estado.
En respuesta a esta situación, diversos colectivos LGBTIQ+ acudieron al Congreso local acompañados por la diputada de Morena, Greta Barra Hernández, para presentar una solicitud formal en la que demandan que los procesos de búsqueda.
Te podría interesar
Asimismo, señalaron que es prioritario que las acciones de investigación y atención a víctimas incluyan de manera obligatoria una perspectiva de género, diversidad sexual e interseccionalidad.
Durante la entrega del escrito en la Oficialía de Partes, los activistas enfatizaron la necesidad de que todas las instituciones estatales estén involucradas en la atención de personas desaparecidas, como fiscalías, comisiones de búsqueda y servicios periciales.
Lo anterior para que cuenten con personal capacitado de manera continua y especializada en temas de diversidad sexual.
Además, señalaron que es urgente que los registros oficiales contemplen variables como la orientación sexual, identidad y expresión de género, para visibilizar adecuadamente la situación de las personas LGBTIQ+ desaparecidas.
“También es muy importante que venga la identidad con la que se autoperciben, que venga el nombre que eligieron, uno por un tema de respeto, para poder encontrarles, porque estas personas se pueden acercar a otras y presentarse con el nombre que eligieron”, apuntó la diputada de Morena.
También pidieron que se reconozca la participación activa de las llamadas “familias sociales”, es decir, las redes afectivas no tradicionales, en los procesos de búsqueda, al ser quienes encabezan las labores cuando las familias biológicas no están presentes o no reconocen la identidad de la persona desaparecida.
Dicha inclusión, subrayaron, debe darse sin discriminación y con pleno respeto a los derechos humanos.
Siguen siendo blanco de estigmas
Los colectivos denunciaron que muchas veces las personas desaparecidas de la comunidad LGBTIQ+ enfrentan estigmas institucionales que entorpecen la búsqueda y la justicia, por lo que también solicitaron protección y acompañamiento integral para las personas buscadoras que ejercen su labor desde la disidencia sexual y el activismo comunitario.
La comunidad activista reiteró que no basta con las cifras oficiales y los discursos institucionales. Subrayaron que lo verdaderamente urgente es transformar la manera en que el Estado se relaciona con las personas desaparecidas y sus familias, reconociendo sus identidades, escuchando sus contextos y actuando con empatía, inclusión y justicia.