Monterrey.- La presidenta de la Sociedad de Urbanismo de Monterrey, Pricila Dávila, advirtió que el temor persistente a densificar las ciudades, lo cual representa un riesgo significativo para la sostenibilidad del Área Metropolitana, al perpetuar un modelo de baja densidad que encarece los servicios públicos, genera mayor gasto energético y disminuye la calidad de vida de los ciudadanos.
Dávila señaló en entrevista para ABC Noticias que el crecimiento urbano de Monterrey ha estado marcado históricamente por la expansión hacia la periferia, debido a políticas de vivienda de décadas pasadas que permitieron construir sin una planeación integral.
“Empezó a poder construirse en muchos lugares sin pensar en una planeación integral”, subrayó. A decir de la urbanista, continuar por ese camino implica altos costos económicos, sociales y ambientales.
“Este modelo de ciudad de baja densidad consume muchísimos recursos: energía, tiempo de movilidad; las personas no tienen calidad de vida”, puntualizó.
Destacó que el desarrollo compacto de las ciudades no sólo favorece la eficiencia en la prestación de servicios públicos, sino que también promueve la prosperidad económica y fortalece el tejido social.
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“Una ciudad compacta significa menos kilómetros de tuberías, menos postes, menos concreto por cada unidad de vivienda que vamos a construir. Es un ahorro en todos los sentidos, para la autoridad y para la ciudadanía”, explicó.
Además, enfatizó que concentrar población en áreas ya dotadas de infraestructura permite generar economías de escala.
“Se aprovechan mejor los recursos que tenemos, los impuestos que paga la población pueden verse más reflejados en espacios públicos de mayor calidad o tecnología”, añadió.
No obstante, reconoció que uno de los principales obstáculos sigue siendo cultural.
“Todavía existe mucha resistencia a esta idea de la densidad. Estamos acostumbrados a la vivienda unifamiliar, a tener mucho espacio entre nuestra casa y la de los vecinos; es un modelo aprendido generacionalmente”, afirmó.