Monterrey.- El arranque del plan piloto de micromovilidad en Monterrey con scooters y bicicletas eléctricas sorprendió a la ciudadanía, que entre la curiosidad y la desconfianza cuestiona la seguridad vial y el costo del servicio.
En el marco de la Semana de la Movilidad y del Día Mundial Sin Auto, el alcalde de Monterrey Adrián de la Garza presentó el programa en conjunto con una empresa privada, con una primera etapa de 150 unidades en circulación que podrían crecer hasta dos mil en toda la ciudad.
Aunque el municipio cedió espacios públicos para carga y mantenimiento, el uso de los scooters generó reacciones encontradas en redes sociales, donde universitarios los presumieron en videos, pero también surgieron dudas sobre su funcionamiento y viabilidad.
“La verdad no me da confianza el pago, es muy alto el costo, preferí caminar e irme por la banqueta, se me hace más seguro”, señaló un joven que desistió de utilizarlos.
Otros usuarios comentaron que las unidades resultan pesadas y poco prácticas en espacios como Santa Lucía, donde hay escaleras, mientras que en puntos como el Parque Fundidora persiste la incertidumbre sobre si se permitirá su ingreso.
Las zonas de operación incluyen la Alameda, la Macroplaza, el Paseo Santa Lucía, la Purísima y el Parque Fundidora, además de integrarse a la Red Regio Ruta.
El servicio opera a través de aplicaciones como Lime y Uber, con una tarifa de 2.50 pesos por minuto después del primer mes gratuito. Sin embargo, regios consultados consideran que el proceso de renta es confuso y costoso.
Además, la presencia de scooters en avenidas principales encendió focos de alerta en materia de seguridad vial, pues los monopatines comparten espacio con automovilistas sin reglas claras que regulen su circulación. La novedad llamó la atención, pero también sembró más preguntas que certezas sobre su futuro en la ciudad.