Ciudad de México. – “Felipe está bien metido con el narco”, fue una de las frases dichas por Sandra Ávila Beltrán alias “La Reina del Pacífico” en su más reciente entrevista con la periodista Adela Micha.
La mujer de 61 años de edad, que estuvo involucrada con personas ligadas al narcotráfico, aseguró que Felipe Calderón, ex presidente de México, tenía nexos con el narcotráfico, y que si bien no tiene pruebas de ello, sí habría logrado a escuchar pláticas al respecto cuando ella había coincidido con personalidades dedicadas a este negocio.
"A ver, si yo ahorita entrego una tonelada de drogas le digo dame un recibo pues no, no tengo pruebas (…) ¿De qué tengo prueba, de que si me crees y de que no me crees o cuál me va a creer el público y cuál no?, ¿Tengo pruebas, tengo un papel firmado, tengo grabaciones, no, porque no puedes grabar?”, declaró.
Sandra Ávila extendió sus comentarios hacia la figura de Genaro García Luna, exsecretario de Seguridad Pública en el sexenio de Calderón Hinojosa, y aseguró tener conocimiento de los sobornos que recibía, y por los cuales el funcionario atravesó problemas legales que lo terminaron por hacer ingresar a prisión en Estados Unidos.
“Porque yo escucho, porque he estado en lugares donde ha estado gente que ha escuchado y se me queda grabado y sé de lo que están hablando...Yo sabía quién era, yo sabía con quién trataba, yo sabía quién le pagaba", indicó.
¿Quién es la Reina del Pacífico?
Sandra Ávila Beltrán, conocida como la “Reina del Pacífico”, nació el 11 de octubre de 1960 en Mexicali, Baja California.
Es sobrina de Miguel Ángel Félix Gallardo, quien fundara el desaparecido cártel de Guadalajara; además es hija de María Luisa Beltrán Félix y Alfonso Ávila Quintero, quien también tiene parentesco con el capo Rafael Caro Quintero.
“La Reina del Pacífico”, una de las pocas mujeres que ha destacado en el mundo narcotráfico, fue detenida en el año 2007 junto al colombiano Juan Diego Espinosa alias “El Tigre”, ambos acusados de tráfico de cocaína.
Ávila Beltrán, que fue acusada de ser intermediaria entre narcos de Colombia y el cártel de Sinaloa, fue extraditada a Estados Unidos en 2012 y un año más tarde se declaró culpable de cargos por narcotráfico, lo que le valió una sentencia de 70 meses de prisión.
Ya en 2013, la mujer fue deportada por el gobierno estadounidense a México, pasó un año en un penal de Nayarit, y en 2015 salió libre tras cumplir con una orden de un tribunal unitario que revocó la sentencia de cinco años por el delito de lavado de dinero.