Acapulco.- Decenas de parejas celebraron este viernes, en el balneario de Acapulco, Guerrero, por primera vez y de manera gratuita bodas igualitarias, luego de que en octubre pasado se aprobara el matrimonio entre personas del mismo sexo en el Estado.
“Estamos celebrando el inicio de las bodas igualitarias en el estado. Hoy tenemos el gusto de anunciar que serán los primeros matrimonios formales, legales e igualitarios con base al decreto que ocurrirá el Congreso”, comentó el técnico coordinador del Sistema Estatal del Registro Civil, Roberto Barreto Bohórquez.
Irving Martínez y Kevin Arrazola se cerraron en la primera, de las más de 40 parejas del mismo sexo, en casarse en esta boda.
Sin miedo y con mucho esfuerzo, estos jóvenes originarios del municipio de Tlapehuala, Guerrero, podrán cumplir su sueño de casarse después de cuatro años de relación.
“Me siento muy contento, estoy un poco impactado porque aún no sé cómo expresar mi alegría”, comentó Kevin, el cual aseguró que ahora su siguiente paso es formar una familia.
Para Alma y Adriana, no todo fue alegría desde un inicio, pues hubo un punto de no poder concretar su matrimonio, ya que la condición física de Alma, quien se encuentra en silla de ruedas, les complicó su.
“Nosotras usamos la ilusión de casarnos desde el año pasado y por cualquier situación no pudimos, y nos enteramos ayer que ya nos casábamos hoy y estuvimos a un punto de no venir”, dijo Alma.
Ante esta situación, Barreto Bohórquez tuvo que realizarles una boda individual donde además de firmar el acta también podrán brindar y aventar el ramo como en cualquier otro matrimonio.
Las mujeres relataron que tuvieron que pedir que un automóvil les ayudara a llegar y “llegamos tarde. Tuvimos que dar la vuelta con la silla de ruedas e improvisaron una boda para nosotras porque ya no alcanzamos, pero me siento feliz”, dijo.
Las historias de las parejas cada vez son más modernas, ya que muchas de ellas surgieron a través de las redes sociales como fue el caso de Azalea y Lore, que a pesar de tener 17 años de diferencia decidir, de manera repentina, unir sus vidas de manera oficial, pues apenas el jueves tomó la decisión.
“Debo decir que me casaron, me echaron el ojo y yo me dejé querer”, dijo con humor Azalea, quien se encontraba entusiasmada por esta nueva etapa de su vida.
Para ellas, contar con estos matrimonios igualitarios en el Estado es un paso muy grande, ya que la lucha apenas comienza y aseguran que esto es el resultado de la presión social que puede haber en ciertos momentos.