Monterrey.- Los aranceles del 25 por ciento al acero y al aluminio que impuso Estados Unidos no marcarán una diferencia en la competitividad de los productos mexicanos, porque se impusieron también al resto del mundo, consideró Carlos Salazar Lomelín, ex presidente del Consejo Coordinador Empresarial.
“Eso era algo predecible. Aquí, la ventaja de este problema es que se lo está poniendo a todos, no solamente al acero mexicano o a los procesos de aluminio que tenemos en México.
“Estamos en un proceso de negociar; no sabemos cuál va a ser el resultado final, pero, por lo pronto, dentro de lo malo, el hecho de que se los ponga a todos (los países) hace que no marque una diferencia en cuanto a capacidad competitiva”, dijo el también ex director general de FEMSA.
De acuerdo con Salazar Lomelín, la actitud de la presidenta Claudia Sheinbaum de esperar a las decisiones oficiales de los Estados Unidos antes de reaccionar a los anuncios y amenazas de su presidente, Donald Trump, ha sido la correcta.
“Hasta ahorita, como comentaba, ha sido lo correcto: esperar, tener la cabeza fría y buscar que los equipos de trabajo vean los detalles de cada una de las industrias que podrían salir afectadas.
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“No sabemos cómo va a afectar; yo creo que tenemos que esperar los resultados de este mes, y luego ya evaluar cuál podría ser el impacto”, añadió el empresario regio.
Cabe recordar que, en diciembre, industriales estadounidenses pidieron a su Gobierno la reimposición de tarifas a importaciones de acero mexicanas.
En ese entonces, la Caintra Nuevo León advirtió que esta medida es poco lógica, pues Estados Unidos exporta más de este material que México.
Y es que, en 2024, Estados Unidos exportó 4.4 millones de toneladas de acero, registrando un alza del 19 por ciento respecto al 2021, cuando México apenas exportó 2.1 millones de toneladas, es decir, registró un déficit del 22 por ciento.