Ciudad de México.- Mariana Ayala Vargas fue distinguida con el Premio Bellas Artes de Cuento Infantil Juan de la Cabada 2025 por su libro Los Que Nunca Mueren, una obra que combina pasado y presente a través de los ojos de una niña, con una estructura innovadora basada en un diario de viaje.
El reconocimiento es otorgado por la Secretaría de Cultura del Gobierno de México, el Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura (INBAL), mediante la Coordinación Nacional de Literatura, y el Instituto de Cultura y Artes del Estado de Campeche.
El jurado, conformado por Silvia Molina, Mónica Bergna y Ricardo Chávez Castañeda, destacó la calidad narrativa de la autora y su habilidad para transmitir una perspectiva infantil con un lenguaje claro y cuidado.
Subrayaron además que los que nunca mueren “es un libro de cuentos breves con unidad temática, estructural y de tono, que utiliza de manera fresca y eficaz el recurso del diario de viaje, una forma poco común en la literatura infantil contemporánea”.
El premio consiste en un diploma y un estímulo económico de 200 mil pesos.
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En entrevista, la escritora comentó: “Este premio, para mí, significa gratitud. Me hace sentir que voy caminando por la acera correcta, y recibirlo representa también una gran responsabilidad de seguir escribiendo con entrega y compromiso para el público que a mí me interesa, que es el público infantil y juvenil”.
Mariana explicó que su obra está dirigida principalmente a lectores entre los 9 y 12 años, pero que puede ser disfrutada por cualquier persona que desee vivir una aventura: “La obra es un diario de viaje que cuenta las aventuras que vive una niña llamada Kavi. Es el año 1828. Son siete ciudades muy inesperadas, pero que existen dentro de este universo literario, y las historias se conectan con una niña que vive en el 2025, llamada Analiz. Este libro tiene suspenso, aventura y un poquito de miedo”.
También compartió que la poesía ha sido clave en su formación literaria, mencionando a Sor Juana Inés de la Cruz, Alejandra Pizarnik, Hugo Mujica y Raúl Zurita como influencias.
“La poesía me ha dado no solamente formas de pensar, sino también de entender el mundo, de contarlo”, afirmó.
Además, reveló su interés por el arte visual y expresó su deseo de que el libro cuente con ilustraciones en su versión impresa.