La transformación digital en los pagos es un tema en boga y sus paso se acelerará éste y los próximos años, hasta que el uso de billetes y monedas prácticamente desaparezca, prevén especialistas.
La evolución de la tecnología, la masificación de los smartphones, el mejor funcionamiento de las apps bancarias y una mayor apertura y confianza de los consumidores son factores de pesos en esta tendencia.
Los bancos han sido los principales detonantes de este cambio, al ofrecer con sus apps cada vez más servicios electrónicos de transferencias, depósitos e inversión y otros, que han permitido a sus clientes ahorrarse las tediosas visitas a las ventanillas físicas.
Adicionalmente, dicen los especialistas, la pandemia también aceleró esta tendencia, pues los largos periodos de confinamiento y el temor de los contagios, hicieron de miles de personas le perdieran el miedo las operaciones electrónicas remotas.
A ello se ha sumado la proliferación de las llamadas fintech, empresas que combinan servicios financieros con tecnología y permiten a sus clientes realizar inversiones o compra venta de activos físicos o virtuales, como las criptomonedas y los llamados NFTs (bienes no fungibles).
Una de las empresas mexicanas que más ha destacado en la masificación de los pagos electrónicos es Clip, creada por el empresario Adolfo Babatz. Esta empresa mexicana ha penetrado fuertemente en el segmento Pyme, facilitando a empresas pequeñas y medianas recibir pagos electrónicos, un servicio que con la banca tradicional les resultaba más complicado y de difícil acceso.
“La evolución ha sido en varios frentes, ahora hay más participantes, antes eran los bancos los que te facilitaban un medio de acceso, actualmente, ya hay más entidades reguladas por el gobierno, donde se ha extendido de manera importante esa transformación digital”, expresa Pedro Gil, CEO de Copayment, una firma dedicada al procesamiento electrónico de los pagos.
Esta tendencia, asegura, ha generado beneficios a los usuarios de servicios financieros y a los consumidores, quienes dejan de cargar altas sumas de efectivo, disminuyendo los riesgos de seguridad y además logran ahorros en tiempoo ya que tienen que ir menos a los cajeros.
Copayment también es uno de los beneficiarios de los pagos electrónicos, ya que su trabajo es hacer compatibles los sistemas para permitir que éstos se realicen.
“Hay beneficios para quienes facilitamos la tecnología para ese tránsito de transacciones, que somos empresas especializadas; hay beneficios también para los bancos, quienes tienen el dinero captado de los clientes y eso lleva a que también puedan proveer más crédito; es una cadena enorme”, expresa Gil.
¿Hacia dónde nos llevan?
Reducción de efectivo
El ecosistema de pagos electrónicos va encaminado a reducir el uso de efectivo, una tendencia que se aceleró durante la pandemia, debido al confinamiento y el temor de contagios, que restringieron la movilidad en espacios públicos e hicieron que mucha gente se abriera al uso de medios no tradicionales.
Según la encuesta “Medios de pago usados durante la pandemia” del Banco de México, el uso de efectivo tuvo una reducción de siete puntos porcentuales, desde el 93% que registraba antes de las restricciones del COVID-19.
Por el contrario, la utilización de SPEI (transferencias electrónicas mismo día) creció seis veces, al pasar de 400,000 a 2.5 millones el número de personas que lo usaban antes y después de la pandemia.
Pagos sin contacto (contactless)
Ya sea a través de un código quick response (código de respuesta rápida), o a partir de un escaneo mediante el teléfono móvil, se puede saldar una cuenta sin necesidad de sacar efectivo.
En el país, el Banco de México impulsa su uso con CoDi® (cobro digital) para facilitar las transacciones por medio de los teléfonos móviles.
NFC
Near field communication (comunicación de campo cercano) también permite las transacciones entre teléfonos inteligentes y lectores sin contacto físico entre el dispositivo y el lector de pago, permitiendo un pago instantáneo y seguro.
Tokenización
Es una estrategia creciente que está agregándose a los pagos electrónicos para la seguridad de datos y de la información personal. Consiste en sustituir el primary account number (PAN o número primario de la cuenta) por un código arrojado algorítmicamente para evitar enviar a la red los datos de la tarjeta de pago.
De esa manera, se impide que la información bancaria pueda ser duplicada o utilizada para un uso fraudulento.