En el negocio de los seguros siempre hay dos momentos clave entre el agente y el consumidor: al pagar la póliza y al hacerla efectiva en caso de un siniestro.
En el primer caso, las aseguradoras lidian con el escepticismo de los clientes, y en el segundo es exactamente al revés: son los compradores quienes tienen que ser convincentes para recibir su indemnización.
Con la digitalización, el mercado de seguros se ha automatizado y, aunque en la decisión final de indemnizar a un cliente sigue pesando el factor humano, hoy la Inteligencia Artificial (IA) ya es una herramienta de uso recurrente.
“Nos toma realmente dos o tres días máximo; muchos de los reclamos son procesados mediante la Inteligencia Artificial y ésta determina si tienen justificación; no se necesita la intervención de ninguna persona física; el pago se aprueba y se hace de inmediato”, asegura Julio Castellón, vicepresidente para América Latina de la firma Cover Genius.
El ejecutivo opina que actualmente los seguros digitales viven su momento, ya que son más fáciles de adquirir y operan insertados en el sitio web de la empresa que los provee.
Estos seguros son parte de una tendencia conocida como insurtech, producto de la composición de dos palabras en inglés: insurance (seguros) y technology (tecnología).
Fue la pandemia del COVID-19 lo que favoreció la digitalización en el negocio de los seguros, no sólo por una mayor conciencia de protección, sino por la apertura tecnológica detonada ante las restricciones de movilidad, explica Castellón.