Hace trece años, Alsea decidió unir bajo una misma causa a todas sus marcas —Domino’s, Starbucks, Burger King, Vips, P.F. Chang´s, Italiannis, entre muchas otras— para emprender un movimiento que trascendiera sus restaurantes y negocios, enmarcado en su core business: la alimentación.
Así nació Va por mi cuenta, la iniciativa emblema de Fundación Alsea, que hoy apoya en la alimentación de más de 10,000 niños en todo el país y ha entregado más de 9.5 millones de comidas nutritivas desde su inicio. Sólo en 2024 fueron 1.6 millones de comidas.
“Nuestro objetivo era que todas las marcas caminaran juntas con un mismo propósito, que no fuera una acción aislada, sino una estrategia sólida que abrazara a todo el grupo”, asegura Ivonne Madrid, directora de Fundación Alsea. “Y qué mejor que hacerlo desde lo que sabemos hacer mejor: la alimentación”.
Con los auspicios del fundador de starbucks
El movimiento Va por mi cuenta nació en 2012 y la primera marca que se sumó fue Starbucks, que en ese entonces celebraba 10 años en México. En esa ocasión estaba presente Howard Schultz, fundador de la marca, quien también se sumó al lanzamiento de la primera campaña. “Fue un momento simbólico. Comenzamos con el sueño de tener un comedor para 200 niños. Hoy financiamos la operación de más de 34 comedores y con más de 10 aliados operando en todo el país”, asegura Madrid.
La evolución ha ido a más. Lo que empezó como un proyecto para combatir la desnutrición infantil se ha convertido en una red de programas que atacan la inseguridad alimentaria en distintos frentes, pues a raíz de la pandemia ampliaron la atención.
Ya no atendía sólo a niños de cuatro meses a 16 años, madres embarazadas y en lactancia, sino a adultos y adultos mayores. Hoy ya no sólo financian comedores, sino que también profesionalizan bancos de alimentos, donan transporte para rescate de comida, implementan cocinas móviles y apoyan proyectos innovadores que promueven modelos replicables y sostenibles.
“Empezamos brindando acceso a alimentos, pero entendimos que no bastaba con eso”, explica Madrid. “Hay que asegurar la disponibilidad y la correcta utilización de los alimentos. De nada sirve tener comida si no se sabe cómo aprovecharla. Por eso capacitamos a las comunidades, donamos camionetas para rescate y formamos alianzas con expertos que saben hacerlo bien”.
Directo al impacto sostenible
Uno de los grandes aciertos de Fundación Alsea ha sido su integración con la estrategia global de sostenibilidad del grupo. “Por muchos años tuve la gestión de ambas áreas, y eso permitió que la Fundación quedara completamente abrazada por el negocio”, cuenta Ivonne Madrid. “Hoy la Fundación es un vehículo, pero el impacto es lo que importa. Y ese impacto nace del corporativo”.
Cada año, Alsea destina el 1.5% de su utilidad neta a la Fundación. A ello se suman las donaciones de los colaboradores (más de 20,000 participan voluntariamente con aportaciones vía nómina) y las campañas con clientes, proveedores y franquiciatarios. Cada marca de Alsea tiene además un “producto con causa” permanente en sus establecimientos que canaliza recursos al movimiento.
“Todo se hace de manera voluntaria”, enfatiza Madrid. “No hay montos sugeridos, cada quien aporta lo que puede y quiere. Y eso lo hace más poderoso, porque no se trata sólo de donar dinero, sino también donación en especie”.
El año pasado, Va por mi cuenta recaudó 51.8 millones de pesos, superando en 14% lo de 2023. En 2025, el reto es superar los 65 millones de pesos. “Es una meta ambiciosa, pero cada año lo hemos logrado. La clave es que la gente entienda que cualquier aportación cuenta”, dice Madrid.
Responsabilidad de raíces profundas
La estrategia de sostenibilidad de Alsea ha madurado junto con su Fundación. “Empezamos hablando sólo de donaciones. Luego entendimos que el impacto social debía abarcar a colaboradores, clientes, proveedores y comunidades en general”, relata Madrid.
Así se crearon los comités de comunidad, de gente, de clientes y de medio ambiente, que implicaban involucrar a todos. Después evolucionaron hacia una estrategia ESG (los pilares de la sostenibilidad, Ambiental, Social y Gobernanza) que hoy conforman la base de la política de sostenibilidad del grupo. “La sociedad no es sólo la comunidad vulnerable, sino son todos los que participan, es decir, colaboradores, clientes, proveedores. Por eso la Fundación forma parte activa de los comités de sostenibilidad que reportan al consejo, al presidente y al CEO”, asegura Madrid.
El sello distintivo del modelo de responsabilidad social de Alsea, afirma, es su autenticidad. “Se ha construido de manera genuina. No es un manual que se trajo de otro país. Lo hicimos en el camino, aprendiendo, sumando y profesionalizando”.
La cultura desde dentro
Uno de los ejes más sólidos de Fundación Alsea es el compromiso interno. Cuando un colaborador entra a trabajar en el grupo, recibe capacitación sobre lo que hace la Fundación y los programas ESG. “Queremos que lo vivan desde dentro. No se trata de imponer, sino de generar conciencia”, dice Madrid.
Hoy, más del 54% del personal operativo participa en la campaña Va por mi cuenta. En el centro corporativo, el porcentaje supera el 70 por ciento. “Sabemos que todavía hay áreas de oportunidad, sobre todo en comunicación interna, pero cada año lo hacemos mejor”, expresa.
Esa cultura también se impulsa desde la cabeza, con la participación de Alberto Torrado, uno de los dueños y presidente de la Fundación desde su creación, y ahora, con el nuevo CEO, Cristian Gurría. “Cristian empezó su carrera en un Domino’s, haciendo pizzas. Él sabe lo que es estar en la base y entiende el impacto de ESG en el negocio a todos los niveles”, afirma Madrid.
Más allá del plato
Con 20 millones de personas en México viviendo en pobreza alimentaria, Fundación Alsea ha comprendido que no basta con alimentar, “hay que transformar”, dice Madrid. Por eso, además de financiar la operación de comedores, la organización impulsa el Premio Alsea a la Alimentación, que reconoce proyectos innovadores con incidencia en política pública. “Necesitamos abrirle los ojos al gobierno y a otras instituciones. No vamos a poder solos”, asegura Madrid.
El abanico de acciones es amplio. A través de la red de bancos de alimentos, la Fundación apoyó el año pasado a 1.5 millones de personas. “Operamos con aliados expertos como Comedor Santa María, Save the Children, la red de bancos de alimentos o Proyecto Roberto. No operamos directamente los comedores; trabajamos con quienes saben hacerlo bien”, explica.
Escalar el impacto
Con una inversión social anual de 100 millones de pesos, Fundación Alsea enfrenta ahora la tarea de garantizar su sostenibilidad en el tiempo.
El año pasado. la distribución de sus recursos estuvo en un 67% en proyectos de alimentación, 14.3% en el desarrollo comunitario, 7.4% para el fondo de emergencias y 4.9% en empleabilidad y educación, en resto en participación ciudadana y asociaciones.
Este año seguirá impulsando proyectos de alimentación, poniendo también especial interés en los de educación, empleabilidad, y acceso a agua. “Queremos que nuestros aliados piensen qué pasaría si mañana la Fundación no existiera. Necesitan ser sostenibles por sí mismos”, explica Madrid.
El otro gran reto será pensar “fuera de la caja” en la recaudación. “Tenemos que imaginar qué haríamos si las marcas de Alsea no existieran. Buscar nuevas formas de generar recursos, de sumar más manos, incluso de invitar a otras empresas del sector restaurantero a sumarse al movimiento”, afirma.
Desafíos y aliados en favor de la comunidad
El caso Alsea México, la empresa que opera las marcas Domino’s, Starbucks, Burger King, Vips, P.F. Chang’s E Italiannis, entre otras.
El problema
Datos del Atlas de Riesgos de Nutrición elaborado por CEIDON revelan que, en México más de 16 de cada 100 niñas y niños de cero a cinco años padecen desnutrición, lo que afecta su desarrollo físico y mental, y limita sus oportunidades vitales.
Fundación Alsea
Opera bajo un modelo de segundo piso, es decir, se coordina con otras organizaciones que ya tienen experiencia y presencia en el sector alimentario para implementar sus iniciativas.
Sus aliados
La Fundación tiene organizaciones aliadas como: Comedor Santa María; Fondo para la Paz; SEDAC (Servicio, Educación y Desarrollo a la Comunidad, I.A.P.); Por un Hogar (Restauración, Salud y Prosperidad); Save the Children México; Huellas de Pan; Fundación John Langdon Down; En Acción (Formadores Mexicanos); BAMX (Asociación Mexicana de Bancos de Alimentos) y Proyecto Roberto.
