Estados Unidos.- Los aranceles del 25% que anunció el presidente Donald Trump a los automóviles que no sean fabricados en Estados Unidos golpean el corazón del acuerdo de libre comercio con México y Canadá (T-MEC), vigente desde 2020.
Gracias a ese tratado y su predecesor, el TLCAN, la región de Norteamérica se convirtió en una línea de ensamblaje que se extiende por los tres países.
“Llevamos 30 años haciendo más sofisticada esa cadena de suministro”, dice Juan Francisco Torres Landa, socio de Hogan Lovells en México, una firma de asesoría empresarial.
“Hay una integración regional con base en insumos, materias primas y procesos en los tres países”, añade.
El presidente Donald Trump tiene previsto anunciar su nueva tanda de aranceles en un acto en la Rosaleda de la Casa Blanca, en el que estará acompañado por todo su gabinete.
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La jornada ha sido bautizada como el “Día de la liberación”, impondrá aranceles “recíprocos” a aquellos países que, según Washington, mantienen barreras comerciales contra los productos y servicios estadounidenses, una medida que podría afectar a la Unión Europea.
No obstante, matizó que los gravámenes que impondrá serán inferiores a los que algunas de esas naciones aplican a los productos estadounidenses.
Aseguró que no le preocupa que los aranceles acerquen a algunos aliados de Washington a Pekín, pese a que justo ayer Japón, Corea del Sur y China anunciaron planes para fortalecer su cooperación comercial.
Cadenas de suministro
Durante el armado de un vehículo, una pieza puede cruzar varias veces las fronteras de los tres países antes de que el producto esté terminado. Por ello, se han construido importantes cadenas de suministro con cientos de proveedores de distintos países.
Tan sólo la llave de un automóvil puede tener más de 50 componentes de 22 proveedores distintos de Asia, Norteamérica y Europa.
Los automóviles fabricados en México y Canadá pueden certificar contenido de EU, lo que permitirá que el arancel se aplique sólo al valor de los componentes no estadounidenses. Así estos gravámenes afectarán las cadenas de valor.
Bajo crecimiento
México es un país particularmente expuesto a esta medida, al albergar varias fábricas de marcas como Ford, General Motors, BMW y Volkswagen. Más del 80% de las exportaciones mexicanas tienen como destino Estados Unidos y sólo la industria automotriz representa 3.6% del PIB mexicano.
El país exporta anualmente unos 3 millones de autos al mercado estadounidense y cubre el 40% de su demanda de autopartes, según el Gobierno mexicano. Los especialistas que mes a mes encuesta el Banco de México esperan que el PIB crezca sólo 0.81% en 2025 desde el 1% que estimaban en febrero.
Estas políticas “generan incertidumbre y afectan la inversión privada y las decisiones de producción en sectores exportadores clave”, señala Gerónimo Ugarte, economista en financiera Valmex.
Autos más caros
Los analistas y socios comerciales de Estados Unidos advierten que los aranceles aumentarán los precios para los consumidores estadounidenses.
Philippe Waechter, jefe de investigación económica en la firma financiera Ostrum, advirtió que se puede esperar un aumento de $3,000 dólares en el precio promedio de los automóviles.
Ante esa posibilidad, existe el riesgo de que los consumidores simplemente “reduzcan su demanda” de autos nuevos, explica la firma británica Capital Economics