Más de 50 años han pasado desde aquel 6 de enero de 1975, cuando a las 2:00 de la tarde Juan Francisco Ochoa y su esposa comenzaron un negocio de comida que ha trascendido las fronteras.
Se trata de El Pollo Loco, un restaurante de pollos asados, que, con una receta original inspirada en un ‘menjurje’ que hacía la madre del fundador, sigue alimentando a miles de comensales de México, Estados Unidos e incluso de Asia.
En entrevista con Distrito ABC, ‘Don Pancho’, como se le conoce, hace un repaso de este exitoso negocio, el cual arrancó con la ilusión de convertirlo en una fuente de sustento para su familia y que, pese a haber enfrentado duras batallas, hoy sigue vigente, ¡y con miras en la expansión!
“Como no tuve la oportunidad de hacer una carrera y tener un buen trabajo, yo andaba buscando un negocio que me diera para vivir modesta, pero decorosamente, y poder mandar a mis hijos a estudiar a Guadalajara, a Monterrey o a la Ciudad de México, que es lo que se estilaba en aquellos pueblos”, comenta Ochoa, originario de Guasave, Sinaloa.
Acompañado de José, su hijo más pequeño, pero que hoy ya se desenvuelve dentro de la empresa familiar, ‘Don Pancho’ habla de los factores que les han permitido alcanzar el liderazgo en su sector y tener una presencia ya de cinco décadas.
El primero, dice, tiene que ver con la calidad del sabor de la comida, tanto en El Pollo Loco, que tiene 90 sucursales en México, como de Grupo Palenque, que opera en México y Estados Unidos.
El segundo, añade, es la sinergia que se hizo en la empresa con todos sus hermanos, ya que, cuenta, fue integrándolos uno por uno a un negocio en el que hoy todos ellos están delegando las funciones a sus propios hijos.
A ello se suma, explica, los colaboradores, en especial quienes atienden a los miles de clientes que acuden día con día a los establecimientos por sus pollos y por sus abundantes complementos.
“Tenemos un gran equipo de colaboradores, quienes se han convertido en nuestra familia y tienen ‘tatuadas’ nuestras marcas.
Ellos, al darle la cara a los clientes, han hecho prevalecer a El Pollo Loco por tantos años”, se jacta.
Son 1,700 las personas que colaboran con El Pollo Loco y 3,500 quienes lo hacen en Grupo Palenque, que opera las marcas Taco Palenque y Palenque Grill.
Los reveses del éxito : El caso EU
Aunque la empresa es, sin duda, una de las más exitosas del país, ha habido momentos que frenaron su crecimiento.
‘Don Pancho’ recuerda en particular los reveses sufridos en el mercado de Estados Unidos, cuando uno de sus administradores, dice, favoreció la quiebra del negocio y los llevó a problemas de endeudamiento.
“Teníamos 14 pollos locos en el área de Los Ángeles, California y tres lugares en construcción para franquicias, pero nos dimos cuenta de que la compañía estaba quebrada. Mi socio, el que administraba, la quebró para quedarse con ella de una manera muy fraudulenta”, relata Ochoa.
Tras una junta de consejo, lo destituyeron, pero la deuda se quedó y ésta ascendía a $2.8 millones de dólares,
La opción más viable en ese momento, refiere, era vender la empresa y de hecho hubo interés de marcas como KFC, Grupo Pimienta e incluso Maseca, aunque fue finalmente Denny’s la que hizo la mejor oferta y acabó quedándose con El Pollo Loco en Estados Unidos.
Aquella relación, dice, permitió que la marca de El Pollo Loco llegara a Malasia y otros países.
Sin embargo, los problemas se sumaron cuando Denny’s vendió la cadena y se sufrió un intento de robo de la marca, lo que desató un largo proceso judicial, mismo que concluyó favorablemente para el empresario mexicano.
“Pusimos una demanda en una Corte Federal en Estados Unidos, que duró cuatro años y medio de litigio, hasta que un jurado de 12 personas nos dio la razón: las marcas eran de nosotros y nos las regresaron”, recuerda.
Entrampada en aquellos asuntos judiciales, la empresa no pudo crecer en México, salvo en el Noreste, que a la postre se ha convertido en uno de sus puntos neurálgicos. Hoy, de las 90 sucursales que hay de El Pollo Loco en el país, 40 se ubican en Nuevo León.
El Pollo Loco INC controla ya las sucursales en Estados Unidos, y ‘Don Pancho’ junto a su familia crece en ese país a través de Grupo Palenque, llevando el sabor mexicano más allá de las fronteras.
Una sucesión estratégica
El empresario tiene claro que el destino de El Pollo Loco sigue siendo el crecimiento y aunque reconoce que hay mucha competencia, la empresa, dice, se concentrará en continuar su penetración en nuevos estados.
Parafraseando a José Alfredo Jiménez, afirma que “no hay que llegar primero, pero hay que saber llegar”. Y agrega: “Queremos llegar y cubrir todo el país”.
De eso, dice, “ya se van a encargar los hijos. Nosotros, los viejones sólo los vamos a asesorar y acompañar en todo lo que podamos”.
Al hablar sobre la sucesión, su hijo José Ochoa, agradece “el juego” que les ha dado su papá para involucrarse en la operación.
“Él sigue siendo una referencia muy grande y hay muchos temas que nos gusta tocar con él y en los que su opinión pesa, pero Estados Unidos ya está casi completamente manejado por mi hermano mayor, el CEO, y por mí, que soy su segundo de abordo”, explica.
Para ‘Don Pancho’, la participación de la familia será clave en el futuro de la compañía, pues incluso sus nietas más pequeñas ya están participando.
La filosofía, abunda, es “familiar y profesional, pero sin institucionalizar al grado de que la empresa se vuelva fría y sea manejada desde un escritorio. Tenemos que estar en el frente de batalla, en los negocios, todos los días; todos involucrados”, afirma.
A más de 50 años de operación, el fundador reconoce en los consejos de sus padres el éxito de su negocio.
“Mi papá siempre me dijo: ‘dedícate a algo que te guste, que te apasione, porque si vas a tomar un trabajo que no te apasione, sí va a ser un verdadero trabajo. Si es algo que vas a disfrutar, está garantizado el éxito’”.
