La estadística más importante en un deporte son los títulos.
Tom Brady, Michael Jordan y otros "monstruos" del mundo deportivo separaron sus nombres del resto por sus múltiples conquistas.
Eficiencia. Campeonatos. Hacer de los momentos de quiebre un día más en la oficina, elevarse donde otros se derrumban.
El pasado sábado fue entronizado al Salón de la Fama del Tecnológico de Monterrey, Gilberto Escobedo Castrellón.
Para mí, el mejor quarterback en la historia de México.
Usted pudiera debatir, hablar de Eduardo "Zeus" González, de los históricos Cóndores; de Carlos Cupido, emblema de las Águilas Blancas del Politécnico, Rodrigo Pérez o Enrique Villanueva, de la UDLA.
Cuestión de gustos, dirían algunos.
Quizás, pero hay un rubro que no deja lugar a las dudas: los campeonatos.
Gil jugó 10 temporadas en ONEFA, tres en Juvenil, otra tres en Intermedia y cuatro en Liga Mayor.
¿Sabe cuántos títulos logró?
¡10! ¡10 de 10!
Profundizo, jugó 68 partidos de Liga Mayor y ganó 67 duelos y el único descalabro que tuvo fue en triples series extras 37-30 ante Borregos CEM.
Fue eje central del pentacampeonato logrado por los Salvajes del 2004 al 2008, un logro inédito en ONEFA.
Forjado en el Club Águilas del Contry, Escobedo creció admirando a Jaime Urquidi y con la visión de algún día portar el jersey de Borregos.
No solo lo hizo, sino que se convirtió en el más exitoso quarterback en 80 años de historia.
Hace un par de años, Escobedo libró la batalla más complicada en su vida: un tumor.
"El Rey Midas", como lo hizo tantas veces en el emparrillado, no se rindió y salió victorioso.
En un programa de Football tan prestigiado como el del Tecnológico de Monterrey, tipos como Escobedo han sido claves.