Las nuevas administraciones municipales del Área Metropolitana (tres de ellas que repiten para un segundo periodo) tendrán que orientarse a resolver los principales problemas que enfrentan sus municipios.
De acuerdo con la Encuesta Así Vamos, los retos son en particular de movilidad (congestión, infraestructura multimodal, seguridad vial), desarrollo urbano (falta de áreas verdes y deportivas, grandes distancias a servicios básicos) y seguridad (con una preocupación creciente a los delitos de alto impacto y delincuencia organizada).
Sin embargo, la pregunta que deberían hacerse en realidad es si seguirán administrando un problema o si tienen la voluntad de entrarle a la solución de fondo -más compleja, que requiere más gestión pero que finalmente nos ayudará a avanzar en la dirección correcta, como ciudad.
La disyuntiva es importante porque muchos de estos retos son prácticamente los mismos desde hace más de una década. Un claro ejemplo es el de la movilidad: los problemas de congestión y de transporte público son las preocupaciones centrales de la población desde que la encuesta se levantó por primera vez (hace ocho años).
Y las “soluciones” ofrecidas por administraciones municipales desde hace al menos 20 años, son una sola: una serie de obras casi siempre destinadas a abrir más carriles o vías para moverse en automóvil.
Las administraciones salientes invirtieron, en promedio, $7.5 de cada $10 pesos de movilidad a ese tipo de infraestructura. Pese a ello, los resultados han sido contraproducentes: los tiempos de traslado en auto han aumentado -en promedio, 10 por ciento desde 2018; Nuevo León sigue siendo líder en hechos de tránsito en todo México, y los impactos medioambientales, sobre todo en calidad del aire, cada vez son más visibles (siete de cada 10 días respiramos aire de mala calidad).
Como cada nueva administración, los alcaldes tienen la oportunidad de construir una ciudad más habitable, que frene la crisis en la que nos encontramos. Para lograrlo, hace falta, por un lado, romper la inercia de las políticas públicas tradicionales de movilidad y realizar un serio trabajo de construcción de alternativas.
Tres de los gobiernos salientes avanzaron en ese respecto en una de esas alternativas, la infraestructura para los traslados en bicicleta, que se estima estén alrededor de 500 mil de manera eventual en toda el Área Metropolitana. Guadalupe habilitó 13.7 Km, Monterrey 12 Km y San Pedro 14.6 Km. En particular San Pedro, construyó infraestructura que fue bien calificada en la reciente evaluación realizada en colaboración Alcalde, Cómo Vamos y Pueblo Bicicletero.
Por otro lado, el verdadero cambio se logrará cuando se trabaje de manera coordinada entre municipios; una aspiración siempre compartida en el discurso, pero escasamente en la práctica.
La solución pasa por políticas públicas transversales entre municipios y con el Estado; los problemas de desarrollo urbano y su síntoma, la movilidad, sólo se resuelven cuando el interés público está por encima de los conflictos políticos partidistas (y no viceversa).
Los esfuerzos previos más recientes -la AMA en 2015 y la Mesa Metropolitana en 2021- han fracasado, y con ello los avances que cada municipio pueda hacer en lo individual se queda corto frente a retos que rebasan fronteras administrativas. De nuevo está ahí la oportunidad, a ellos corresponde tomarla y a la comunidad, empujar para que así sea.
Luis Ávila es director de Cómo Vamos Nuevo León
Correo: direccioncvnl@comovamosnl.org