Control del espacio público

La tecnología se puede usar para incentivar una dosificación en el uso del estacionamiento

Escrito en OPINIÓN el

Estoy a favor de tener incentivos con análisis científico que nos permita comportarnos razonablemente y respetar el derecho ajeno que es la paz (Juárez ).

La adecuada administración del espacio público es, sin duda, la letra A, B o C del abecedario en la planificación o al menos en la gestión urbana.

Antes de considerar la regulación del espacio privado, por ejemplo, lo cual hacemos con singular alegría aplicando toda gama de restricciones al uso y al diseño de la propiedad privada, las ciudades deben enfocarse primero en planear y gestionar adecuadamente lo que es de todos, sus espacios públicos.

Sin embargo, el desprecio por lo público, la falta de cultura urbana, el hábito y la ausencia de un servicio civil de carrera genera falta de voluntad política metropolitana en estos temas y hace que se analice individualmente y con pinzas el tema del control del espacio público, lo que a menudo resulta en un abuso cotidiano del mismo y limitantes a la escala humana o racionalidad de la ciudad, afectando la calidad de vida de los ciudadanos.

Hay muchos ejemplos del uso irracional del espacio público, como es la circulación vial ilimitada en todas las calles al grado de no tener ni una sola calle exclusiva para transporte público, o el estacionamiento vehicular sin ningún tipo de DOSIFICACIÓN.

Todo esto contribuye a problemas como la congestión vial, la inseguridad pública, accidentes viales y contaminación. Estos factores generan un alto costo social que podrían minimizarse mediante la implementación de un programa integral de control del espacio público antes de querer culpar a la propiedad privada de los problemas de la ciudad.

Para lograr una administración efectiva del espacio público se pueden considerar diversas medidas. En un artículo anterior destinado a la congestión vial dibuje algunas ideas. Hoy resaltó los parquímetros virtuales con el uso de tecnología.

"Almacenar sin control" bienes privados en los espacios públicos genera irremediablemente algún tipo de abuso. Por eso, considero que se puede usar la tecnología para incentivar una dosificación del uso del estacionamiento, hasta sin cobro (o con cobros mínimos), a cambio de registrar la placa del auto y permitir TIEMPOS MÁXIMOS con gratuidad.

Esto favorecería una dosificación inteligente "por la buena", mejorando así la seguridad pública y evitando el abuso de los vehículos que se quedan todo el día estacionados en un mismo lugar.

Tal estrategia no busca generar ingresos por uso sino por abuso, al fomentar una rotación adecuada del espacio público en condiciones razonables para todos.

Por supuesto que tendría que existir multa por exceder el tiempo máximo de la placa en la zona o lugar regulado, pero ya sólo pagaría quien se "pase de la raya" no el que necesite estacionarse unas horas y entienda que el espacio público es de todos y tiene valor.

Además, Implementar un sistema de este tipo NO requiere una inversión importante pues existen ya experiencias con los parquímetros virtuales regulados desde las tiendas de conveniencia y aplicaciones tecnológicas y todo esto resulta en un ahorro para las finanzas públicas.

Es un mero acto de voluntad, y según el caso la aplicación puede cobrar por resultados con alguna variante en los ingresos o por proyecto favorable. Que el espacio público tenga autoestima nos educa a todos en el cuidado de nuestra ciudad.

Hoy en día en Jalisco y hasta en San Nicolás y San Pedro usan el concepto de parquímetros digitales en lugares muy precisos a la manera tradicional mediante aplicación tecnológica, lo cual es un avance, pero hay mucho espacio para la innovación y la integralidad todavía en esta materia.

La administración del espacio público debe ser una prioridad para TODA la ciudad completa con criterios particulares por sector, no sólo en sus zonas turísticas o centros, para así potenciar un desarrollo urbano más sostenible y ordenado que, con información digital en tiempo real, también sea más seguro.

El autor es ingeniero civil, urbanista, analista urbano, experto en movilidad y gestión del desarrollo sustentable, y presidente del consejo consultivo del Instituto de Movilidad y Accesibilidad de Nuevo León (IMA)