La presidenta Claudia Sheinbaum obtuvo el 60% del voto electoral, algo no visto desde la elección de Miguel de la Madrid en la década de los ochentas. Sin embargo, poco se debió a la candidata, y mucho a la coyuntura. Una coyuntura, por cierto, engañosa, producto de una magia que solo López Obrador podía ejercer, y que no se volverá a repetir.
Las campañas políticas tienen mucho de parecido al curling, de acuerdo a Sarah Isgur, política conservadora norteamericana. Este deporte olímpico consiste en lanzar un pesado disco por el hielo, entrando posteriormente barrenderos que tratan, desesperadamente, de cambiar su velocidad y dirección cepillando el hielo. “La dinámica subyacente de un ciclo electoral (la economía, la popularidad del presidente, los acontecimientos nacionales que impulsan el ciclo de noticias) son como la piedra de 44 libras”, dice la abogada. Y el candidato es el barrendero: puede influir en su desenlace, pero no mucho.
Bastante hablamos de Claudia Sheinbaum, pero poco de quien lanzó la piedra, y muy lejos: López Obrador. Un partido político de su creación, un carisma personal insustituible, una política social altamente clientelar y el uso de ahorros gubernamentales para tapar hoyos fiscales fueron básicamente los hechizos que desplegó el macuspanense para seducir a la población mexicana rumbo a 2024. Pero todo hechizo es artificial, con tiempo de caducidad, y el término parece estar llegando a su fin. Y nada lo indica mejor que el presupuesto de egresos del siguiente año.
López Obrador cometió dos grandes errores que prometen sabotear a Morena. Primero, nombró a una sucesora sin carisma alguno para evitar retos a su autoridad, sin embargo, la ahora presidenta será incapaz de mantener la seducción popular. Segundo, López Obrador no impulsó una reforma fiscal que le hubiese dado más recursos al equipo Sheinbaum para continuar con sus políticas sociales. La presidenta heredó así una bomba de tiempo cuyas consecuencias ya podemos ver: recortes a universidades públicas, salud (¡11%!), educación, seguridad, medio ambiente, y un largo etcétera. Los pronósticos de crecimiento económico del país han disminuido a la mitad para 2025, y son aún menores para 2026. El gasto en pensiones ha aumentado de 3.9% en 2019 a 6% del PIB en 2025, comiéndose una porción cada vez mayor del presupuesto. El déficit de 6% en 2024 –el mayor de los últimos 40 años, ocurrido en pleno año electoral– resulta imperativo recortarlo, lo que disminuirá aún más los recursos públicos. Pemex representa una creciente carga fiscal y, por si fuera poco, están destruyendo el poder judicial e instituciones públicas claves, como el Instituto de Transparencia. Las calificadoras están nerviosas, observando.
El disco lo lanzó López Obrador, y ahora es el turno de Claudia Sheinbuam, pero para barrer. No llegará muy lejos. Pronto, el disco parará, y el hechizo lópezobradorista habrá terminado.
Posdata
Se disparó el pago de la deuda en Nuevo León. De enero a septiembre se pagaron casi 7 mmdp, 16% más que en 2023. Y quieren contratar más.
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