Desde hace tiempo están en el futbol con inversiones millonarias y sueldos exorbitantes, hace dos años irrumpieron en el golf y ahora los árabes buscan posicionarse en el mundo del tenis.
Quieren ser protagonistas en los circuitos profesionales y no sólo con torneos de bajo nivel, están montando una ofensiva sin precedentes que ha hecho temblar la actual estructura del deporte blanco.
Es muy conocido el objetivo que tiene Arabia Saudita al incursionar en el deporte, y es mejorar la imagen internacional que se tiene de aquella región, en donde la mujer es discriminada en casi todos los aspectos de su vida.
El último movimiento estratégico que han realizado es nombrar al español Rafael Nadal como embajador de la Federación de Tenis de Arabia Saudita, en un acuerdo de trabajo a largo plazo para ayudar al crecimiento de este deporte e inspirar a nueva generación de tenistas en este país.
Arabia Saudita va dando pistas de lo que es capaz. Primero organizó exhibiciones en diciembre durante las pretemporadas, luego se hizo con las Next Gen Finals, pronto anunciará el WTA Finals de fin de temporada donde acuden sólo las ocho mejores del año y es el torneo emblemático del circuito femenil.
En octubre celebrará en la ciudad de Riad la primera edición del evento “6 Kings Grand Slam”, un torneo de exhibición que reunirá a seis de las mejores raquetas del planeta.
Allí estarán los tenistas más reconocidos y reconocibles del momento: Novak Djokovic, Rafael Nadal, Carlos Alcaraz, Jannik Sinner, Daniil Medvedev y Holger Rune. Entre los seis suman 50 títulos de Grand Slam.
El siguiente paso del país de Oriente Medio es organizar a partir de enero del 2025 un torneo Masters 1000, de los segundos en importancia en la ATP, sólo atrás de los Grand Slams, como antesala del Abierto de Australia, algo que rompería completamente con la gira de torneos que monta Tennis Australia, previa al primer grande del año.
Con esto se vería afectada la United Cup y torneos con mucha tradición como los de Adelaida y Brisbane, que no dejaron de realizarse aún en la pandemia.
Este hecho se dio tras la amenaza de que, si la ATP no les concedía un Masters 1000, amenazaron con crear un circuito paralelo a la ATP, algo similar a lo que pasó en el golf.
Bueno o malo, pero los árabes quieren irrumpir en el tenis.