El hartazgo es cada vez más evidente, los ciudadanos estamos cansados de todo lo que tiene que ver con el mundo de la política y sus protagonistas, hombres o mujeres, no importa de quién hablemos.
Ese sentimiento es totalmente legítimo, los políticos y los partidos se lo han ganado a pulso; o me van a decir ustedes que sus acciones, pleitos, chapulineos, promesas incumplidas, contradicciones y falta de compromiso con el ciudadano, no son motivo suficiente.
El detalle que nos preocupa a muchos es que ese hartazgo se vea reflejado en las urnas el próximo 2 de junio, y no me refiero sólo a los resultados en sí, sino a la asistencia en las casillas.
Apenas el jueves pasado se terminó el plazo para que alrededor de 14 mil neoloneses que tenían pendiente recoger su credencial para votar lo hicieran, se ampliaron los horarios de atención y se cerraron las puertas a medianoche, pero ¿cuál fue la respuesta?
El INE en Nuevo León informó que lamentablemente acudió menos de la mitad. Un total de 6 mil 838 habitantes de este Estado no podrán ejercer su derecho a elegir a sus gobernantes o representantes.
Trabajo, tiempo, traslados, desinterés… el motivo que haya sido, la cifra refleja que terminar el trámite recogiendo el documento no era una prioridad.
Dicen que nunca hay que buscar excusas o responsables, pero ¿sabe qué? En este caso sí, y los responsables de esa apatía somos todos; los políticos por sus acciones y actitudes, y los ciudadanos por no saber elegir. Duro, pero cierto.
El detalle es que no lo arreglaremos no yendo a votar, eso se arregla votando de manera consciente e informada, dejando de lado el físico, la fama, los tiktoks de los aspirantes; pero sí dándole peso al trabajo previo, a los resultados que hayan dado antes, a la honestidad, a las crisis atendidas, a las soluciones que le hayan dado a usted, a todos.
Pero por qué cree que andan tantos que quieren repetir en el cargo y vuelven a la escena política; pues porque saben que padecemos de memoria corta y perdonamos fácil, y los más “nuevos” que, saben estudiar muy bien nuestro comportamiento, asumen que daremos nuestro voto al o la “menos peor”, pero eso no es votar de manera inteligente y es tiempo que nos caiga el 20.
Yo espero que la apatía que mostraron miles al no acudir a recoger su credencial de elector no sea un reflejo de lo que veremos en las miles de casillas que se instalarán en todo el Estado en menos de tres meses.
Tenemos tiempo… votemos informados… que sea un voto inteligente.