La tormenta Alberto, que azotó en la región desde el miércoles de la semana pasada dejó en Nuevo León abundante agua en las presas, destrozos en algunas infraestructuras urbanas, humedad en las tierras agrícolas y lamentablemente personas fallecidas.
Hasta antes que llegaran las lluvias de Alberto, las presas de nuestro Estado, La Boca, Cerro Prieto y El Cuchillo estaban a un nivel muy por debajo de ser óptimo y esto generaba alarma debido a que se pronosticaba un año seco, con pocas probabilidades de lluvia.
Afortunadamente estos embalses se recuperaron, poco a poco, están captando agua de los escurrimientos de los diversos afluentes, lo que hace presuponer que la crisis hídrica que veíamos padeciendo será superada.
Es decir, que los habitantes de Nuevo León, en particular los que vivimos en el área metropolitana, a mediano y corto plazo, ya no deberemos padecer de cortes de agua, ya que existe suficiente almacenamiento en las presas, pero debemos seguir cuidándola, hay que aprender de la crisis por la que pasamos.
Pero la tormenta Alberto dejó también daños en la infraestructura urbana en diversas carreteras, avenidas, calles y caminos de Nuevo León, que habrán de repararse para que cumplan con la función para la cual se habilitaron.
Tanto gobiernos municipales como el estatal deberán de elaborar un plan de reconstrucción, que tendrá que ser muy puntual, por cierto, para iniciar con los trabajos de reconstrucción que podrán tardar días, semanas, meses y esperemos que no, años.
Debido a que legalmente no contamos con un presupuesto en Nuevo León, dado a que el Ejecutivo no lo envió para su aprobación al Congreso de Estado, ahora sí se estableció el compromiso de entregarlo para que se pueda contar con recursos necesarios para la reconstrucción de los daños que dejó Alberto.
En su momento, una vez que llegue el proyecto completo de presupuesto, es decir, con la Ley de Ingresos y Ley de Egresos, en el Congreso del Estado la analizaremos, estudiaremos, y si es necesarios se harán los ajustes necesarios, tanto en la Comisión de Presupuesto como en el Pleno.
El trabajo que haremos es trascendental pues se trata de la aplicación del erario del Estado, en donde el aplicante, el Poder Ejecutivo, debe dar cumplimiento con lo que aprobamos las diputadas y diputados, y no ejercerlo a su voluntad como ha ocurrido hasta ahora.
La constitución de Nuevo León, que reformamos integralmente hace casi dos años, es clara donde se define las atribuciones de los poderes del gobierno del Estado, en este caso de presupuesto al Ejecutivo le corresponde proponerlo y al Legislativo aprobar la manera en que deberá aplicarse.