La palabra democracia proviene de los vocablos griegos demos que significa gente y kratos que significa autoridad o poder, esto es, el poder del pueblo.
De acuerdo con el Sistema de Información Legislativa, un régimen democrático implicaría, entre otras cosas, que sus órganos legislativos o ejecutivos estén compuestos por miembros elegidos por el pueblo, directa o indirectamente; que haya ciudadanos sin distinción de raza, religión o condición social y económica con capacidad para votar y elegir representantes; igualdad de voto; y que prepondere el principio de mayoría sin afectar los derechos de las minorías.
Esta forma de organización, encuentra su fundamento en nuestra Constitución Política Federal, la cual establece que la soberanía nacional reside esencial y originariamente en el pueblo; que todo poder público dimana del pueblo y se instituye para beneficio de éste; y que el pueblo tiene en todo tiempo el inalienable derecho de alterar o modificar la forma de su gobierno.
De igual manera, nuestra Carta Magna ordena que la renovación de los poderes Legislativo y Ejecutivo se realizará mediante elecciones libres, auténticas y periódicas.
En ese sentido, las elecciones celebradas el pasado 2 de junio, son una manifestación clara de una fiesta democrática a través de la cual, la ciudadanía puede participar activamente en la construcción del municipio, estado y país que desea tener.
No quiero desaprovechar la oportunidad de expresar mi reconocimiento para todas y todos los que acudieron a realizar la emisión de su sufragio, y muy en especial a quienes formaron parte de las mesas directivas de casillas que se instalaron en todo el país.
De igual forma, quiero reconocer la disposición de las y los servidores públicos que atendieron a las distintas brigadas de capacitación en materia de prevención del delito electoral, así como a las organizaciones de la sociedad civil que nos prestaron sus plataformas para hacer llegar a la ciudadanía las distintas formas de denunciar.
Ahora bien, en cuanto a la persecución de los ilícitos que atentan contra el adecuado desarrollo de la función pública electoral, ha sido de vital importancia contar con las denuncias presentadas por la ciudadanía, mismas que generan se ponga en marcha el aparato de procuración de justicia.
Por lo que hace a la Fiscalía Especializada en Delitos Electorales del Estado de Nuevo León, seguiremos trabajando en lo relativo a la integración de las carpetas de investigación correspondientes y estar en condiciones en su caso de ejercer la acción penal ante los jueces del orden penal.
No cabe duda que todas y todos nos toca trabajar conjuntamente por la democracia, misma que debe entenderse no solo como una estructura jurídica y un régimen político, sino como un sistema de vida fundado en el constante mejoramiento económico, social y cultural del pueblo.