El primero de agosto conmemoramos el 200 aniversario de la conformación del Poder Legislativo en el Estado de Nuevo León y la fecha es propicia para la reflexión ante el clima político que vivimos y la urgencia de haya diálogo propositivo entre las instituciones.
Desde hace casi dos años, pero particularmente en el último semestre, el trabajo en el Poder Legislativo no ha sido fácil, por las diferencias que hay con el Poder Ejecutivo y el Legislativo.
Estamos prácticamente al cierre de la Septuagésimo Sexta Legislatura, pero sigue el trabajo de diputadas y diputados, pese a las dificultades para generar el quórum requerido para la aprobación de reformas legales. Sin embargo, hemos podido avanzar con acuerdos que solo necesitan de mayoría absoluta.
Se hace necesario restablecer el diálogo propositivo entre bancadas y entre Poderes para propiciar acuerdos, y que se establezca una nueva etapa de relación para consolidar el estado de derecho por el bien de los ciudadanos y de Nuevo León.
A lo largo de 200 años, Nuevo León ha resistido y salido adelante en muchas situaciones adversas, gracias a la fortaleza de sus instituciones, como es el Congreso del Estado, así como la integración de los otros dos poderes – el Ejecutivo y el Judicial -, de la mano de la sociedad civil y el empresariado, que siempre son participativos y propositivos.
Hoy en día, la división de los tres poderes públicos cobra mayor valor en la construcción de un gobierno democrático.
En particular del Poder Legislativo de Nuevo León, es esencial para el funcionamiento democrático y el desarrollo del Estado su capacidad para legislar, supervisar, representar y fiscalizar, que lo convierte en una institución clave para garantizar un gobierno eficaz y responsable.
Lo importante es aprender y seguir avanzando, que no se pierda la posibilidad de seguir extendiendo la mano para tratar de construir acuerdos, porque Nuevo León es más grande que los intereses de un grupo o de coyuntura. Los temas torales, que repercuten en la calidad de vida de nuestras familias, es lo verdaderamente esencial.
A dos siglos de iniciada la labor parlamentaria en nuestro querido estado, hoy refrendamos la vigencia del equilibrio democrático, el ejercicio del poder reformador, la autonomía universitaria, la especialización de las funciones públicas, así como el avance de las mujeres en la toma de decisiones y en posiciones claves de gobierno.
Pese a los momentos tensos que vivimos, históricamente el balance es positivo y, de hecho, nos encaminamos a la próxima legislatura que ya de por sí será histórica, porque, por primera vez, estará conformada por más mujeres que hombres.
Este Congreso es garante de libertad, democracia e igualdad.