Regiándola
Mañana se termina una era en el Congreso de Nuevo León.
Y esa era nos costó un hueso y la mitad del otro: más de 91 mil pesos de sueldo mensual por cada uno de los 42 diputados.
El problema fue que nunca existieron.
Por sus broncas con el ejecutivo, los legisladores no mejoraron leyes para el bienestar de los ciudadanos ni armaron un buen café.
La eterna pugna con el gobernador Samuel García y todo lo que olía a gobierno del estado o Movimiento Ciudadano, fue de los partidos de oposición una parálisis de trabajo.
Se dedicaron más a grillar que a chambear.
Estos políticos dejaron más de mil 700 expedientes inconclusos, es decir, se la pasaron tirando la web durante tres años.
Lo que no sabemos es si se les olvidó cobrar… Si alguien puede checar el dato se lo agradeceríamos. No vaya a ser que a alguno le dio remordimiento.
Se la pasaron en el sagrado recinto (si es que iban) tirados en las curules como si estuvieran zanganeando en la Casa de los Famosos.
“Sí, weee, no weee… ‘inche PRD, ‘inche MC… puras broncas”, ya nos los imaginamos a los angelitos.
Con el ejemplo de la “gran productividad” de los diputados es imposible no acordarse de una épica canción que decía: “qué bonito es no hacer nada… y después descansar”.
Se sacaron la lotería sin siquiera comprar boleto.
Mañana sábado se van directito al rancho de AMLO, por no decir La Tiznada, y los nuevos legisladores habrían de tomar protesta a las 15:00 horas.
Si no hay algo de última hora, como un fallo de tribunales o un rayo en el mismo Congreso, los integrantes de la Legislatura 76 tienen para parasitar hasta el sábado por la tarde.
¡Hasta nunca!