Sociedad sin espíritu

Aunque la sociedad pueda enfrentar momentos de desánimo y pérdida de espíritu como ocurre en nuestro país actualmente, siempre hay lugar para el coraje y la integridad

Escrito en OPINIÓN el

Tengo derecho a sentir el duelo que significa el riesgo de perder la libertad en manos del totalitarismo. O sea, depender para todo de una sola persona o idea. Semejante estupidez sólo la comete una sociedad con el espíritu mutilado.

Y tenemos derecho más allá de filias y fobias, como dijo el ex presidente Ernesto Zedillo, a no quedarnos callados.

En tiempos de crisis y objetiva decepción, surge la necesidad de recordar aquellos momentos históricos en los que individuos y grupos se levantaron con valor para defender la libertad y el bien común. La historia está repleta de episodios que nos enseñan sobre el coraje y la integridad para hacer lo que se consideraba correcto.

- Uno de los ejemplos más emblemáticos de heroísmo en defensa de la libertad es el de Sócrates, quien, ante la condena a muerte por sus enseñanzas y su desafío a las normas establecidas de Atenas, afirmó: “una vida sin examen no merece ser vivida”. Este filósofo griego eligió enfrentarse a la muerte antes que renunciar a sus principios, mostrando que la integridad personal es fundamental para la existencia de una sociedad libre.

- Y cómo olvidar a mi otra ora amada Francia con su Revolución (1789), donde los ciudadanos se levantaron contra la opresión del régimen monárquico. La Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano proclamó que “los hombres nacen y permanecen libres e iguales en derechos”. Este grito de libertad fue el resultado de un coraje colectivo que buscaba terminar con siglos de injusticias y desigualdades, un año hito que inspiraría a movimientos por la libertad en todo el mundo.

Sin embargo, hoy mi bella Francia salpicó su propia belleza con los recientes rituales obscuros en la inauguración de las Olimpiadas 2024, mostrando un mundo a la deriva que quiere imponer agendas de control o polarizantes que no respetan “el derecho ajeno”, que “es la paz", como dijo Benito Juárez.

- En América Latina, la figura de Simón Bolívar es un faro de integridad y valor. Durante las guerras de independencia, Bolívar proclamó: “un hombre de valor es un hombre de honor”. Su liderazgo y determinación fueron cruciales para liberar a varios países del dominio español, demostrando que el miedo puede ser superado cuando se lucha por el bienestar de la comunidad.

- Más cerca en el tiempo, durante la II Guerra Mundial, la resistencia en Europa se convirtió en un símbolo de coraje ante la opresión nazi. Uno de los momentos más inspiradores fue la acción de los ciudadanos polacos en el levantamiento de Varsovia, en 1944. A pesar de estar en desventaja, se levantaron con valentía, luchando por la libertad de su país. Como dijo un líder de la resistencia: “la libertad no tiene precio, y aunque caiga, siempre volverá a levantarse”.

- En tiempos más recientes, el movimiento por los derechos civiles en Estados Unidos, liderado por figuras como Martin Luther King Jr., dejó una huella imborrable en la lucha por la igualdad. King, en su famoso discurso “Tengo un sueño”, expresó: “la oscuridad no puede expulsar a la oscuridad; sólo la luz puede hacerlo”. Su mensaje de esperanza y resistencia ante la injusticia inspiró a millones a dejar atrás el miedo y luchar por un futuro más justo.

- Hoy María Corina es un liderazgo esperanzador para librar la dictadura venezolana porque anima a no desmoralizarse en un tiempo en donde parece que el mundo se ha dado por vencido frente a los tiranos.

Estos episodios de la historia nos recuerdan que, aunque la sociedad pueda enfrentar momentos de desánimo y pérdida de espíritu como ocurre en nuestro país actualmente, siempre hay lugar para el coraje y la integridad.

Las acciones heroicas de aquellos que se han atrevido a desafiar la opresión y defender la libertad son un testimonio del poder del espíritu humano. Y si la física ya demostró que somos capaces de mover el mundo sub atómico y literalmente mover montañas con nuestra fe, es decir, con nuestra atención consciente y sostenida en la certeza, entonces cada uno de nosotros tiene la capacidad de ser un agente de cambio, de dejar atrás el miedo y alzar la voz en defensa del bien común.

En un mundo que a veces se siente dividido y sin rumbo, recordemos que somos creadores de realidades y que el valor y la integridad son las piedras angulares de una sociedad verdaderamente libre.

No naciste para traicionarte a ti mismo enmarcando sueños ajenos. Naciste para experimentar la mejor versión de ti mismo en este momento. ¡Hagámoslo juntos!

  • El autor es ingeniero civil, urbanista, analista urbano, experto en movilidad y gestión del desarrollo sustentable, y miembro de la Academia Nacional de Arquitectura