El agua en la nueva era de Trump

"La reciente liberación de agua de la Presa El Cuchillo para cumplir con obligaciones internacionales subrayó la fragilidad de nuestro sistema hídrico".

Escrito en OPINIÓN el

En un estado como Nuevo León, donde las sequías extremas han sido una realidad reciente, cuidar y gestionar adecuadamente el agua es una prioridad que no podemos ignorar. La creciente demanda de recursos hídricos, impulsada por el aumento poblacional y el desarrollo industrial, nos enfrenta al desafío de garantizar un acceso suficiente y equitativo al agua potable para el presente y futuro del estado.

El Tratado de Aguas de 1944 entre México y Estados Unidos, diseñado hace más de 80 años, no responde a las necesidades actuales de nuestra población. En 1944, Monterrey tenía apenas 180.000 habitantes; hoy, la zona metropolitana supera los 5.2 millones de personas. Este crecimiento exponencial ha hecho evidente la urgencia de revisar acuerdos internacionales que impactan directamente en nuestra disponibilidad de agua.

La reciente liberación de agua de la Presa El Cuchillo para cumplir con obligaciones internacionales subrayó la fragilidad de nuestro sistema hídrico. Este trasvase representará una pérdida equivalente, según la opinión de algunos expertos, al consumo de casi 30 meses del agua que aporta ese embalse a la población metropolitana de Monterrey, dejando a familias y empresas en incertidumbre. Es necesario priorizar el consumo humano sobre otros usos y trabajar para garantizar que los recursos hídricos de Nuevo León permanezcan al servicio de sus habitantes.

Actualizar acuerdos como el Tratado de Aguas de 1944 no es solo posible, sino indispensable. Los tratados internacionales no deben ser estáticos, sino dinámicos para responder a los retos del presente. Por ello, el Gobierno del Estado debe encabezar una iniciativa para establecer mesas de trabajo binacionales y renegociar los términos que afectan directamente a nuestro estado, buscando un equilibrio justo entre las necesidades locales y las obligaciones internacionales.

Además, es crucial que las y los ciudadanos asumamos una responsabilidad compartida en el uso del agua. Reducir el desperdicio, implementar tecnologías más eficientes y fomentar una cultura del cuidado del agua son acciones esenciales para prevenir crisis hídricas.

El agua no es un recurso infinito. Si no actuamos ahora con visión y determinación, podríamos enfrentar un futuro incierto donde el acceso a este recurso vital sea cada vez más limitado. Es hora de proteger el agua de Nuevo León y garantizar un futuro sustentable para todos.

Frase:

“La reciente liberación de agua de la Presa El Cuchillo para cumplir con obligaciones internacionales subrayó la fragilidad de nuestro sistema hídrico”