Hace algún tiempo el Gobierno del Estado presumió que cuando los diplomáticos y empresarios extranjeros venían a la entidad, se quedaban impresionados con Valle Oriente y San Pedro, incluso el propio gobernador resaltó que les faltaba promocionar más la imagen de ese "verdadero" Nuevo León.
Y si bien es cierto que esa zona llena de rascacielos es muy bonita, seria insensato pensar que representa a todo el Estado. Quizá esas declaraciones oficiales son un síntoma de una enfermedad que las autoridades padecen desde hace mucho tiempo, en la que tienden a olvidarse de todo aquello que no está en los primeros cuadros de la metrópoli.
Hay que recordarle a todos los funcionaros que Nuevo León no es solo Monterrey o San Pedro, que la ciudad no son solo la Macroplaza, los centros comerciales y la antena del Cerro de la Silla, existen decenas de miles de kilómetros cuadrados de municipios periféricos y rurales, que merecen la misma o incluso más atención que la que se le da a la capital del Estado.
Conforme la Zona Metropolitana ha ido creciendo, hemos visto como la población se ha desplazado a un gran número de municipios periféricos. Podemos mencionar como ejemplos a Juárez, Pesquería, Salinas Victoria, General Zuazua y por supuesto García.
Esto es relevante porque al analizar su desarrollo demográfico podemos ver que en el 2005 entre todos esos municipios acumulaban una población de 243,169 personas, mientras que de acuerdo con el censo del 2020 hoy viven en esas demarcaciones al menos 1 millón 205 mil 267 habitantes, es decir hubo un crecimiento del 395.6 por ciento, lo que representa un incremento enorme que merece atención.
Sin embargo, tal y como hemos podido ver de las propias declaraciones de las autoridades, muchas de esas personas viven olvidadas por sus gobiernos, al carecer de acceso a servicios como lo son las defensorías de oficio, las notarías públicas, las unidades de transporte y la infraestructura hídrica solo por mencionar algunas.
En el caso de las notarías podemos ver que entre San Pedro y Monterrey de las 161 que hay en todo el Estado, se acaparan ahí 118, dejando a municipios como García con una sola, lo cual, considerando el incremento poblacional habla de una enorme disparidad de la oferta de servicios.
En lo que refiere a las oficinas de la Defensoría, de todos los municipios a los que nos hemos referido en esta columna, García es el único que cuenta con una oficina, sin embargo, la misma no ofrece un servicio de calidad, al no brindar asesorías en las dos materias que ve el Juzgado local, que son civil y familiar, limitando su acceso a la última de ellas. Esta es la prueba fehaciente de la situación de olvido en que se encuentran los municipios sujetos de un crecimiento exponencial en la última década, al ocurrir lo mismo en temas como la disponibilidad de agua o las unidades de transporte público, donde si bien "cuentan" con los servicios, pareciera que lo hacen solamente por cumplir, y no por garantizar los derechos de sus habitantes.
Tenemos que entender que no hay ciudadanos de primera y de segunda, que los servicios deben llegar a todos en igualdad de condiciones, y que si bien los rascacielos son una cara bonita de la entidad, estos no representan a todo Nuevo León.
Es por ello por lo que es urgente que las nuevas administraciones que lleguen entiendan esto y atiendan a todos los municipios con la disponibilidad y justicia social que merecen todos y cada uno de los habitantes de nuestro gran estado.
