Uno de los ataques del presidente Trump hacia México es la acusación de que el país está siendo un trampolín para que los productos chinos evadan los aranceles en Estados Unidos (EU). ¿Qué tanta razón tiene este argumento? ¿De qué forma podría operar esta triangulación? Veámoslo…
Primero, definamos lo que pudiera ser una simulación de fabricación (triangulación) en México. Esto es, utilizar una operación en México para sólo hacer un mínimo de ensamble o reempaquetado de un producto determinado proveniente de China. Sin embargo, esta simple acción no cumpliría con las reglas de origen estipuladas en el T-MEC, y por ende no tendrían la preferencia arancelaria que otorga este tratado, con lo que se clasificarían como producto chino y estarían sujetos a los aranceles que ya tienen los productos de este país en los EUA.
La otra posibilidad es la de cumplir las reglas de origen, pero utilizando el máximo permitido de materias primas o componentes fabricados en China. Este esquema está previsto en el T-MEC y si la regla de origen se cumple, entonces entran bajo la protección del tratado y no pagarían arancel. ¿Puede esto ser considerado una simulación o triangulación? ¡Pues la verdad no! Ya que cumplen con lo acordado en el tratado de libre comercio entre EUA y México.
Otra opción sería utilizar materias primas importadas de China, con las cuales se elaboran componentes en México, y que, gracias a dicha elaboración, el componente cumpla la regla de origen y se considere como nacional para efecto de una ulterior fabricación o ensamble. Esto también está considerado en el tratado y se conoce como acumulación, pero de nuevo, esto está previsto en las reglas de origen del tratado. Este fue precisamente el tema central del panel de controversias iniciado por EUA en contra México y Canadá, en el que el panel falló en favor de México y Canadá.
En otro escenario, podría darse el caso de que se subvalorara una materia prima o componente importado de China con el fin de cumplir con la regla de origen durante la fabricación en México. Sin embargo, esto corresponde a una correcta aplicación de la Ley Aduanera mexicana por parte de la ANAM en México al momento de la importación de dichas materias primas. Y, de cualquier manera, en una revisión de contenido regional iniciado por el CBP (Aduanas de EU), este tema no se sustentaría al detectar irregularidades y el CBP podría aplicar los aranceles no pagados e incluso imponer una multa.
Un quinto escenario sería el denominado “De Minimis” (o como mínimo) que aplica a importaciones de bajo volumen y/o valor donde el costo de supervisar y evaluar la regla de origen sería mayor que el costo de dicha importación. Para los EU está en un valor máximo de $800 dólares por evento (y para el caso de México es de $50 dólares). Si 800 dólares es mucho o poco, eso es algo que deben decidir los EUA, pero la triangulación desde México se puede volver complicada y con ciertos costos operativos, con lo que se considera más fácil y barato importar directamente de China a los EUA.
Finalmente, estría el tema del contrabando, aunque es un problema exclusivo de la ANAM para el caso de México y difícilmente esos productos cruzarían la frontera hacia EU (a excepción claro de los precursores del fentanilo y otras sustancias ilegales que ya hemos visto que si lo hacen) en general, los productos de contrabando son para su consumo en México. Pero de nuevo, ese es un problema que debe manejar la aduana mexicana.
¿De qué otra manera se pudiera llevar a cabo una triangulación en México como la que acusan los EU? La verdad es que no veo otras opciones a escala industrial que pudieran ser viables o factibles.
Por otra parte, debemos considerar, aunque nos guste o no, China es un gran productor de materias primas a precios y calidad muy competitivos, especialmente en ciertos componentes que, si buscamos sustituirlos, nos podríamos tardar muchos años en alcanzar un nivel similar de precio y calidad.
Si a EU le preocupan las subvenciones o subvaluación de productos chinos, existen mecanismos previstos en las reglas de comercio de la OMC para iniciar una investigación, tanto a nivel país como a nivel de empresas específicas. Si se encuentran culpables, se pueden imponer las cuotas o aranceles compensatorios correspondientes.
De hecho, es el mismo caso para México. Aunque debo admitir que México ha abusado de dicho mecanismo para los sectores de textiles y calzado, a los cuales ha beneficiado con sendos aranceles compensatorios por más de 30 años, lo que ha protegido a productores a costa de los consumidores mexicanos. En este sentido y como decía mi querida madre: “¡Ni tanto que queme al santo y ni tanto que no lo alumbre!”
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El autor es exfuncionario de la Secretaría federal de Economía y especialista en
inversión extranjera y desarrollo económico
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