La batalla por el aire limpio no puede esperar

Basta ya de hacer como que se atiende el problema y no arregla nada. Exijo transparencia en las estaciones de monitoreo, sanciones a quienes contaminan.

Escrito en OPINIÓN el

Nuevo León está en crisis. No es una exageración, es una realidad que se respira, literalmente, todos los días. El aire que debería darnos vida se ha convertido en una amenaza silenciosa. Cada respiro en nuestra entidad es una ruleta rusa, cargado de partículas PM2.5, PM10, ozono, monóxido de carbono y otros contaminantes que la Organización Mundial de la Salud clasifica como cancerígenos.

En México, se atribuyen más 29,000 muertes prematuras anuales a la mala calidad del aire, según la NOM-025-SSA1-2021. Pero lo verdaderamente alarmante es que, a pesar de tener normas sólidas y con respaldo científico, fallamos donde más importa: en la implementación.

Como madre de familia, me preocupa y me ocupa el aire que respiran nuestros hijos. En cada reunión con vecinos me dicen lo mismo, que los niños se enferman, que ya no aguantan los problemas respiratorios, que hay familias enteras padeciendo las consecuencias. Las más afectadas son las personas más vulnerables, como niños, adultos mayores y familias trabajadoras, que pasan más tiempo fuera de casa y están más expuestas. Cada día que respiramos en Nuevo León, es un día más que nos estamos intoxicando.

Las Normas Oficiales Mexicanas, elaboradas por instituciones de prestigio como la Secretaría de Salud, la Secretaría de Energía y el Instituto Nacional de Enfermedades Respiratorias, etc., establecen límites claros para protegernos. Pero la realidad es devastadora; solo 8 de 140 estaciones de monitoreo de PM10 cumplían con los estándares, y apenas 1 de 102 estaciones de PM2.5 estaba dentro de los parámetros seguros. Esos números representan pulmones dañados, vidas truncadas y familias en luto por enfermedades prevenibles.

Por eso, pensemos en nuestros niños. Basta ya de hacer como que se atiende el problema y no arregla nada. Necesitamos soluciones reales para dejar de poner en riesgo nuestra salud.

Exijo transparencia en las estaciones de monitoreo, sanciones a quienes contaminan, así como metas claras en salud pública. Si a alguien le preocupa el medio ambiente, a mí me ocupa. Esta lucha no es solo por el planeta, es por nuestras familias. La calidad del aire es justicia social. Los nuevoleoneses merecemos respirar sin miedo.