En la historia de Nuevo León, hay hombres y mujeres que no solo se recuerdan por lo que enseñaron, sino por lo que ayudaron a construir: una sociedad con más conciencia, más oportunidades y más futuro. José Eleuterio González, mejor conocido como Gonzalitos, fundó instituciones que impulsaron la ciencia. Pablo Livas entendió, antes que muchos, que el desarrollo técnico era clave para el crecimiento de nuestra región. Y Estefanía Castañeda, pionera de la educación preescolar, marcó el inicio de una nueva visión pedagógica en el país.
Como ellos, miles de maestras y maestros siguen hoy cumpliendo una de las tareas más importantes y trascendentes de cualquier sociedad: formar personas.
Porque enseñar no es solo transmitir conocimientos. Es formar carácter, despertar vocaciones, enseñar a pensar y a orientar sin imponer. En las aulas —y muchas veces fuera de ellas— se construyen valores: empatía, respeto, justicia y solidaridad. Un maestro puede cambiarle la vida a un niño o a una niña con una palabra de aliento, una pregunta que despierta curiosidad o un consejo oportuno. Esa huella no se borra.
Además, ellos son los ojos de las madres y los padres dentro de las escuelas. Piensan en sus estudiantes, notan señales que otros no ven —de maltrato, abuso o negligencia— y gracias a eso, muchas veces, los responsables enfrentan consecuencias.
Por eso, más que felicitarlos, queremos agradecerles por su entrega, su vocación y decirles que estamos trabajando para que ese reconocimiento no se quede en palabras.
Desde hace tres años, el Gobierno del Estado ha emprendido acciones para garantizar condiciones laborales dignas para ellos como la rehabilitación y reconstrucción de escuelas, conectividad con internet en los planteles, implementación de modelos de educación dual. Todo esto, para que ellos puedan enfocarse en lo más importante que es enseñar.
Y desde la Bancada de Movimiento Ciudadano en Nuevo León, nuestro compromiso es claro: impulsar mejoras laborales, respaldar el desarrollo profesional y garantizar que se siga invirtiendo en infraestructura educativa.
Este, como cada año, celebramos a las y los maestros de Nuevo León: A quienes enseñan en la ciudad y en la sierra, en escuelas grandes o en salones con pocos pupitres. Gracias por enseñarnos, por formarnos y por todo lo que han hecho por nuestro estado