Hace unos días recibí una noticia que me dejó profundamente indignado: un hombre de 50 años acosó a una niña de apenas 13 años, buscando ganarse su confianza con palabras inapropiadas y manipulaciones con la intención de obtener contenido íntimo.
Lo más alarmante no fue solo el acto en sí, sino que este individuo sigue libre. ¿Por qué? Porque hoy en Nuevo León, conductas como el cortejo, la seducción o el engaño hacia menores no se consideran delitos mientras no se consume una agresión directa. En otras palabras, la ley llega tarde o no llega nunca.
Eso tiene que cambiar. Por eso presenté una iniciativa que propone tipificar el acoso infantil como delito en el Código Penal del Estado. Con esta reforma, cualquier adulto que busque establecer una relación de tipo sexual, afectiva o que vulnere la confianza de un menor mediante engaños o manipulación, enfrentará hasta 16 años de prisión y con sanciones más severas si hay amenazas o coacción de por medio.
El caso que se hizo mediático hace unos días no es un hecho aislado. Más del 30% de adolescentes entre 12 y 19 años han sido víctimas de ciberacoso en México, más todos los casos que lamentablemente por miedo, no se denuncian. Necesitamos actuar ya. Por eso esta iniciativa busca proteger a nuestras infancias desde la prevención y enviar un mensaje muy claro: quien intente abusar de un menor enfrentará todo el peso de la ley.
A las madres y padres de Nuevo León les digo: no están solos. Cuentan conmigo y con toda la Bancada Naranja para que sus hijas e hijos crezcan seguros. A Nadie López, la mamá de esta menor le agradezco por su valentía, por levantar la voz y por visibilizar un problema tan grave como este.
Lo he dicho muchas veces y lo seguiré repitiendo: las niñas y los niños no se tocan, se defienden y quien atente contra ellos la va a pagar y muy caro.

