El 19 de septiembre nos recuerda que México aprendió a organizarse frente a lo inesperado. Octavio Paz escribió sobre 1985: “Ante los infortunios y los desastres, los hombres han respondido siempre con actos y con obras.” y esa frase define el espíritu de Protección Civil.
Conmemoramos el Día Nacional de Protección Civil para honrar a quienes se lanzaron a buscar y rescatar, y confirmar que la prevención salva vidas. Aquel 85 nos enseñó que la gente común puede hacerse héroe y que el gobierno debe estar a su altura: planificar, entrenar, comunicar y responder con rapidez.
En Nuevo León hemos trabajado para eso. Hoy contamos con protocolos modernos, centros de mando y brigadas preparadas. Nuestros equipos han salido a ayudar más allá del estado, 100 elementos viajaron a Canadá a combatir incendios que arrasaron alrededor de 350 mil hectáreas; más de treinta apoyaron en las inundaciones de Texas, donde hubo pérdidas de vidas y hogares. Ese es el tamaño del compromiso de nuestras y nuestros rescatistas.
Nuestro deber como gobierno es respaldarlo, por eso mejoramos equipamiento y uniformes, chalecos, trajes de buzo, mochilas; sumamos camionetas, cuatrimotos, lanchas y ambulancias; invertimos en capacitación y tecnología. Tenemos muy claro que prevenir cuesta mucho menos que reconstruir.
A las y los integrantes de Protección Civil de Nuevo León, gracias por su valor y su disciplina. Son héroes de carne y hueso que nos recuerdan que la mejor manera de honrar a México es cuidar la vida. Que este día no sea sólo memoria, sino compromiso: seguir unidos y listos, para que, ante lo inesperado, Nuevo León y México respondan con actos y con obras.