El fin de 30 años de mentiras neoliberales

“Hoy por hoy las políticas ‘intervencionistas’ del Estado, como la regulación inflacionaria o la política salarial activa, han beneficiado al país con una Inversión Extranjera directa récord de 36 mil millones de dólares”.

Escrito en OPINIÓN el

Corría el año 2007, con Felipe Calderón Hinojosa participando en el Foro Económico Mundial de Davos, a la letra expresó refiriéndose al 2 de julio del 2006 la siguiente frase: “Afortunadamente, México decidió en favor del mercado”.

Esa idea de estar a favor del mercado que con orgullo o cinismo pregonó Calderón Hinojosa, fue el eje troncal de una serie de mentiras que se nos repitieron hasta el cansancio durante los 5 sexenios anteriores a la llegada de la cuarta transformación.

Toda mi infancia y adolescencia escuche los constructos del neoliberalismo, se nos decía que las máximas que repasaré a continuación eran la única vía para el progreso, y por tres décadas no pudimos estar más alejados de la verdad:  

“Si subes los salarios solo dispararás la inflación”. Esta mentira era probablemente impulsada por las grandes empresas, quienes se aferraban a no renunciar ni a un solo peso de utilidad en pro de sus trabajadores. Hoy la realidad es que la inflación ronda el 3.5 por ciento y se mantiene como una de las más bajas de América Latina, y por el contrario ese aumento de salarios tan satanizado contribuyó a sacar a 13 millones de personas de la pobreza.

“La intervención del Estado en la economía espanta la inversión”. Siempre se nos habló de la mano invisible, esa que supuestamente regulaba el mercado a la perfección, el problema es que, si el mercado está lleno de personas demasiado avariciosas, esa regulación no ocurre como debería.

Nunca vi que el libre mercado atacara la explotación laboral. Hoy por hoy las políticas “intervencionistas” del Estado, como la regulación inflacionaria o la política salarial activa, han beneficiado al país con una Inversión Extranjera directa récord de 36 mil millones de dólares.

“Los programas sociales no sirven para nada, mejor enseña a la gente a pescar, no les regales peces”. Además de ser una prueba de su doble moral, toda vez que los gobiernos anteriores sí brindaban apoyos solo que, de forma clientelar, y no universal como se hace en la Cuarta Transformación, esta mentira se esgrimía desde el privilegio, ¿cómo esperaban que alguien “aprendiera a pescar”, si ni siquiera había tenido una caña de pescar en su vida?

La oposición parecía olvidar que habían creado millones de pobres que no sabían que comerían el día de mañana, y que cuando el hambre se apodera de la mente, ningún aprendizaje es posible; los programas sociales universales les han devuelto la dignidad y la humanidad a millones de personas, especialmente a las más vulnerables.

“Los aumentos salariales le van a restar competitividad a la economía”.  Hace apenas unos días uno de los más duros críticos de la Cuarta Transformación, el ex presidente Vicente Fox, mencionó que los empresarios se la pasaban “friegue y friegue” diciéndole “Tiene que detener (el aumento salarial) porque vamos a perder competitividad, porque vamos a perder nuestro potencial de exportación”.

Posteriormente, el propio Fox refirió “qué sonso fui por creerles”. A julio del 2025, pese al caos arancelario, las exportaciones crecieron 4 por ciento, lo que tumba en la práctica lo que por años sostuvieron los amos del poder económico en México.

Viendo el destino de estas mentiras, se puede decir que, en solo 7 años de Morena, se ha demostrado que lo que necesita un país no es decidir a favor del mercado, sino decidir a favor de su gente, porque al final del día es la que trabaja e impulsa ese mercado.

Estoy orgulloso de que las mentiras con las que nos adoctrinaron por años en beneficio del uno por ciento, hoy se derrumben insostenibles, y que sea la gente de a pie la que disfrute de la verdad económica que vivimos y que seguiremos impulsando con la política social justa y equilibrada de la Cuarta Transformación.